Un reportaje de History Channel mostró como arqueólogos y exploradores afirman haber encontrado una de las puertas al infierno en Nicaragua, específicamente en el cráter del volcán Masaya, lugar considerado como la “entrada al infierno”.
Masaya es un enorme cráter que produce desde su interior gases tóxicos constantemente y en su cima hay una cruz que pocos saben el porqué de su ubicación. La historia de este volcán nos habla de muchos sacrificios humanos.
Los arqueólogos que han investigado el lugar lo han denominado como “tenebroso” y los antiguos indígenas de la zona aseguraban que el cráter era la entrada hacia el mundo de los muertos.
A principios del S. XVI frailes españoles vieron el Masaya y quedaron convencidos que se trataba de la entrada al infierno. Uno de ellos, desafiando el temor, bajó al lugar sólo con la protección de una cruz de madera quedando aterrorizado al ver una fosa encendida en fuego y restos humanos. Con esto se convence que son las puertas del inframundo al relacionar el lugar con las sagradas escrituras donde se menciona cómo Satanás fue arrojado a una fosa gigante en el subsuelo, “una especie de ciudad de castigo” y fue así que ubican una cruz en su cima para limpiar los pecados de las almas.
Coincidentemente los sumerios y otras culturas también creían en un submundo y todas las descripciones de diversas religiones son similares al referirse al infierno. Lo mismo ocurría con los mayas, quienes aseguraban tener otra entrada a la ciudad, un lugar llamado Xibalba, zona donde arqueólogos también encontraron grandes hallazgos y esqueletos humanos.
Así como diversas culturas hablan de una entrada al inframundo también en la Biblia se menciona que Jesús al morir “descendió al infierno o Reino de Hades (sombría morada de los muertos, también llamada Érebo) y sacó del lugar a las almas elegidas y que en el pasado habían sido fieles a Dios.
Fuente: http://www.guioteca.com/