Hace algunos días llamó la atención la noticia de que el actor Ashton Kutcher, quien está interpretando a Steve Jobs para su próxima película, tuvo que ser hospitalizado por problemas en el páncreas al seguir la misma dieta del genio de la informática.
No es casual que haya sido justamente el páncreas el órgano que desarrollo cáncer en Steve Jobs. Pero el hombre no comía comida chatarra, ni alcohol… sino que era una especie de crudivegano a ultranza.
¿Qué comía exactamente Jobs? Hay datos certeros sobre su alimentación en una de las biografías escritas sobre él, la de Walter Isaacson. El hombre parece que apreciaba por demás las frutas y verduras desde su más tierna juventud y por eso siempre fue bastante delgado. Para su primer año en la universidad ya hacía ayunos y dietas de solo uno o dos alimentos por semana, a veces zanahorias, a veces manzanas.
Más tarde volvió a comer cereales, pero tiempo después, influenciado por el libro The Mucusless Diet Healing System, de Arnold Ehret, redujo su dieta solo a frutas, verduras sin almidón y hojas verdes comestibles, teóricamente para evitar que el cuerpo produzca cierto moco perjudicial. En las oficinas de Apple reemplazó las gaseosas por jugos orgánicos de naranja y zanahoria.
Según es normal escuchar, una dieta vegana o frutivegetariana no debería traer problemas para la salud, sino al contrario. En el caso de Jobs, se trataba además de una dieta orgánica y con ingredientes de buena calidad. No son pocos, entonces, los que se preguntan por qué Jobs murió de cáncer de páncreas. Y al parecer, fue por llevar una dieta baja en grasas y proteínas. ¿Qué comía él en su lugar? Carbohidratos con alto contenido de fructosa.
Las frutas y sus jugos están cargados de fructuosa, los que en exceso sí o sí traen problemas tanto en el páncreas como en el hígado, e incluso puede contribuir a desarrollar diabetes. Según estudios médicos publicados por la Universidad de California este tipo de dieta tan estricta podría generar la patogénesis del cáncer de páncreas. La moraleja, entonces, es la misma de siempre: no hay que exagerar y sí llevar una dieta equilibrada.
Fuente: http://www.planetajoy.com