En 1975, un diseñador llamado Milton Glaser aceptó el difícil encargo de crear un logo para rehabilitar la imagen de Nueva York.
Glaser tomó un papel del bolsillo y se puso a dibujar. «En ese momento, vi todo el diseño en mi cabeza. Vi las letras y el gran corazón rojo en el medio. Supe enseguida que ése iba a ser el diseño».
Se refiere, por supuesto, a I ♥ NY, uno de los logos más conocidos, exitosos e imitados de la historia del diseño.
Para Jonah Lehrer, autor de Imagine: How Creativity Works, la historia de Glaser y su corazón neoyorquino es «un testamento a la importancia de la perseverancia».
«Éste es precisamente uno de los corazones del libro, que intenta desmenuzar y explicar cómo surge y en qué consiste la creatividad, uno de los procesos más misteriosos y menos investigados de la mente humana», explica Lehrer
Compañías de todo tipo han intentado en los últimos años fomentar la creatividad de sus empleados y sus equipos de trabajo, porque saben que en la innovación radica buena parte del crecimiento del futuro. Pero muchas han encontrado obstáculos, porque es una nueva área.
El libro de Lehrer intenta llenar ese vacío. ¿Se puede hacer algo para entender y canalizar nuestra creatividad y la de nuestros empleados? La respuesta es sí.
Lehrer asegura que la creatividad no debería ser vista como algo sobrenatural o como un proceso reservado solo para artistas e inventores.
«La mente humana, después de todo, tiene el impulso creativo ya imbuido en su sistema operativo», escribe. «Es a menudo en este momento, cuando hemos dejado de buscar la respuesta, que la respuesta aparece». Y cuando llega, no lo hace ordenadamente.
Lehrer lleva estos descubrimientos al campo de los negocios con la historia de 3M, la compañía tecnológica con sede en Minnesota que en las últimas décadas se ha convertido en un sinónimo de innovación y creatividad. Su intención es explicar los beneficios empresariales de «soñar despierto». Aunque nuestra cultura ha criticado a los niños y a los adultos que a veces tienen la mirada perdida o la mente en cualquier parte, porque creemos que están perdiendo el tiempo, los estudios psicológicos más recientes muestran que este «soñar despierto» puede tener propiedades creativas.
Esto pasó en la compañía en los años 70, cuando un ingeniero llamado Arthur Fry —3M es una empresa de ingenieros— fue a la iglesia y sintió la necesidad de marcar las páginas de su libro de Salmo. Recordó que alguien en la empresa había mencionado la existencia de un adhesivo tan débil que apenas podía pegar dos hojas de papel. Empezó entonces a pensar en señaladores y creó un prototipo que repartió entre sus colegas con el consejo de usarlos para marcar páginas. No tuvo éxito. La gente los usaba una vez y después los tiraba. Fry estaba a punto de perder la esperanza cuando dio el golpe necesario: apuntó unas palabras en uno de los señaladores y lo pegó en el escritorio de un compañero. Su colega hizo lo mismo y pronto todos en 3M estaban usando lo que ahora todos conocemos como Post-Its.
Lehrer escribe que el «vagabundeo soñador» hizo posible la creación de los Post-Its. Y cita estudios según los cuales las personas con más capacidad para soñar despiertas obtienen mejores resultados en los tests de creatividad.
Es importante permitirle a la mente relajarse. Muchas compañías ponen demasiado énfasis en la concentración y en la capacidad de trabajo. Estudios recientes, dice Lehrer, han descubierto que las mentes relajadas llegan a epifanías, o «iluminaciones», más a menudo que las mentes enfocadas en un problema.
El autor también desmiente los beneficios del brainstorming. Da ejemplos de cómo el feedback crítico, en empresas como 3M y el estudio Pixar, funciona mejor que la asociación libre de ideas.
En definitiva, dice el autor, si vemos que estamos bloqueados frente a un problema y no sabemos cómo avanzar, “olvidarse del trabajo es lo más productivo”, aconseja Lehrer. Sin embargo, en los momentos en los cuales veamos que estamos avanzando (aun lentamente), lo ideal es perseverar, mantener la concentración, como hizo Glaser con el logo de Nueva York. “Presta atención hasta que duela”, escribe el autor.
En el fondo, la creatividad consiste sobre todo en sudor, tristeza y fracaso.
Fuente: http://mexico.cnn.com