Un trozo de bistec es símbolo de masculinidad.
Un bistec asado a la parrilla no sólo es una imagen apetitosa, también es una imagen que suele asociarse con hombres animados alrededor de un asador. Un plato de ensalada, por el contrario, trae imágenes menos poderosas y menos masculinas.
La carne no sólo es un producto alimenticio; es además un símbolo cultural. De acuerdo con una investigación realizada por académicos en un consorcio de cuatro universidades americanas, una parte de la resistencia masculina a disminuir el consumo de carne tiene que ver con la relación simbólica que le rodea.
Esta investigación, publicada en la revista Journal of Consumer Research, reunió un grupo de voluntarios hombres para que calificaran la masculinidad de las palabras usadas en inglés para definir diversos alimentos. Como resultado, la carne obtuvo las más altas calificaciones de masculinidad, seguida por los productos lácteos. Los voluntarios señalaron que la carne se relacionaba con la flexión de los músculos del bíceps.
Cosa diferente pasó con los vegetales, que obtuvieron una menor calificación. El estudio fue realizado en inglés, pero resultó que resultados similares se obtuvieron en otros 23 idiomas. Por el momento se desconoce la razón de esta carga simbólica en la carne, pero es algo que industrias como las de los restaurantes han aprovechado masculinizando restaurantes especializados en carne.
Fuente: http://quo.mx