Un joven de Indonesia se sintió “atraído” por el animalito y no tuvo mejor idea que mantener relaciones. Al ser sorprendido por otros habitantes, fue denunciado y luego condenado. ¿A prisión? ¡No, al altar!.
Ngurah Alit quiso experimentar, pero tuvo la mala suerte de ser visto. Ante las autoridades, adujo que fue “seducido” por la vaca, pero no le creyeron y dictaron sentencia. La ceremonia matrimonial se celebró casi de inmediato, y cuando se llevaba a cabo, Ngurah se desplomó debido a la enorme pena que lo invadió.
Para resarcir el daño, el joven simbólicamente fue ahogado en el mar como un gesto de purificación, mientras la vaca sí fue sacrificada. La madre del adolescente comenzó a gritar histéricamente cuando cientos de personas comenzaron a disparar su cámara a fin de obtener la mejor imagen del inédito casamiento.
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