«Mi esposa no tiene nada que ver, no la involucren a ella en esto…fui yo». Fue una de las frases más fuertes de Jorge Mangeri, el encargado del edificio en el que vivía Ángeles Rawson y único imputado por el crimen de la adolescente. El testimonio lo hizo el sábado, luego de ser detenido la noche anterior tras declarar ante la fiscal María Paula Asaro. Y otro testimonio fundamental: «Soy el responsable de lo de Ravignani 2360. Fui yo».
Cuando la fiscal, quien estaba acompañada por otros funcionarios de la fiscalía pero no por policías, interrogó sobre qué significaba su expresión, Mangeri explicó que hablaba de la muerte de Ángeles y que se había tratado de un «accidente».
Los datos de la declaración de Mangeri fueron revelados oficialmente por elMinisterio Público Fiscal en un comunicado publicado en el sitio web fiscales.gob.ar.
Las miradas comenzaron a volcarse en el portero a partir del viernes a la tarde, cuando la mucama que trabaja en la casa de Ángeles, Dominga, confirmó que la adolescente no había ingresado al departamento entre las 9 y las 13. Sin embargo, las filmaciones de cámaras de seguridad la mostraron regresando al edificio después de su clase de gimnasia.
En la declaración, Mangeri tuvo contradicciones y dudas. Entre otras cosas, no pudo justificar su enfermedad. Otra de las situaciones que llama la atención es la serie de rasguños que Mangeri mostró en su cuerpo, en la zona abdominal y en la espalda. La fiscal ordenó un examen forense, que se terminó de completar bien entrada la madrugada, que estimó que las lesiones tenían una antigüedad de entre tres y cinco días.
Fuente: http://tn.com.ar