Ken Cuccinelli, candidato republicano al gobierno del estado de Virginia, propuso la prohibición del sexo oral y anal consensuado entre adultos, ya que, al parecer, al convertir estas actividades en delito, se protegerá a los niños de ser atacados por pederastas.
Claro que ya el solo anuncio de esa medida levantó polémica no solo en el estado sino en todo Estados Unidos, y la información tuvo gran rebote en el resto del mundo.
Según la lógica conservadora, los «crímenes contra natura», es decir las conductas alternativas al sexo vaginal, podrían ser culpables de incitar y promover las perversiones, que a su vez, son culpables de la creación de «depredadores sexuales» de niños.
En el sitio web de la campaña política de Cuccinelli, se afirma que de no prohibirse el sexo oral y anal, muchos violadores de niños podrían salir de la cárcel, aunque no explica cual es la relación entre las actividades sexuales mencionadas y la libertad de los violadores.
De triunfar Cuccinelli, los legisladores de Virginia aprobarían la prohibición del sexo oral y anal, que sería aplicable a toda la población, incluyendo matrimonios, parejas de novios, prostitutas y sus clientes, y cualquiera que incurra en estos actos.
El sexo oral es casi universal entre los adultos sexualmente activos. El Centro para el Control de Enfermedades revela que el 82 por ciento de los hombres y el 80 por ciento de las mujeres de 15 a 44 años de edad reconocen haberlo tenido. La investigación del Instituto Kinsey muestra que casi todos los que admiten tener sexo vaginal, también admiten tener sexo oral.
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