Cuando sorpresivamente murió el año pasado el esposo de Claudia a los 60 años, ella pensó que se habían preparado para afrontar financieramente ese momento.
Es verdad que la era de Internet ha facilitado la planificación financiera, pero también ha creado una complicada maraña de relaciones con los bancos, el pago de cuentas, las inversiones y otro tipo de cuestiones, incluso después de que fallece alguno de los cónyuges.
Por suerte, existen distintas formas de poder facilitar el proceso de transición desde la actualización de formularios de beneficiarios hasta el establecimiento de nuevas cuentas de jubilación, entre otros.
Las cuentas financieras pueden no ser el único problema. Claudia dice que ella y sus dos hijos han pasado horas tratando de ingresar al correo electrónico de su esposo para avisarles a sus amigos de su fallecimiento y para ingresar a sus cuentas.
¿Qué se puede hacer para evitar posibles complicaciones?
Aspecto 1: organizarse
Llevar un archivo con todos los documentos de la familia, mientras ambos cónyuges estén con vida. No importa si se tienen en la caja de seguridad o en una biblioteca: lo importante es saber donde están de manera de acceder a ellos de manera rápida y sencilla. Se debería llevar un archivo con los problemas a resolver.
Aspecto 2: Reasignar inversiones para asegurarse suficiente liquidez
Asegurarse que las cuentas de ahorro cuenten con activos lo suficientemente líquidos inmediatamente después del deceso, dado que los beneficios de un seguro de vida muchas veces suelen tardar en cobrarse y en el medio hay que pagar obligaciones financieras.
Aspecto 3: Reveer y recolectar los ingresos por fallecimiento
Beneficios de la seguridad social y Beneficios de los seguros de vida: en general, este es el mayor beneficio financiero que recibe el sobreviviente.
Es muy importante la contratación de seguros de vida por parte de las personas, especialmente para aquellos en donde el ingreso familiar depende de su trabajo. No piense: ¨a mí no me va a pasar¨. La inmortalidad todavía no existe.
Obviamente que la suma asegurada debe ser mayor, cuanto menos sea la edad de los hijos. En la medida en que los hijos crecen y se pueden valer por sí mismos, la suma asegurada puede disminuir y, por consiguiente, también puede hacerlo el monto de la prima.
Aspecto 4: Abordar la sucesión
Este es otro de los temas que se deben solucionar. Aquí, sí o sí, se necesita la ayuda de un abogado. Hay sucesiones que no son complicadas, mientras que otras sí lo son, porque existen muchos herederos. Consulte también con un contador, porque no es necesario que la sucesión se realice inmediatamente luego del deceso, aunque en lo posible es lo deseable, para evitar conflictos posteriores.
Aspecto 5: Proteger las contraseñas
Acceder a la vida en línea de un cónyuge que fallece es una de las tareas más difíciles que un esposo en duelo debe enfrentar. Por razones de privacidad, los proveedores de Internet son renuentes a permitir el ingreso de familiares a cuentas de correo electrónico o de redes sociales. A menudo, las familias se enfrentan al dilema de violar las reglas e ingresar a las cuentas o perder décadas de contactos de e-mail, fotos familiares y otra información.
«Cuando se hacen las listas de activos digitales protegidos por una contraseña, es mejor concentrarse primero en los que tienen valor monetario», dicen los expertos. «Mucha gente tiene ahora amplias bibliotecas en iPods y lectores digitales, e incluso cuentas de aerolíneas que contienen millas de viajeros frecuentes que podrían valer miles de dólares», aporta Sally Hurme, un abogado de Washington especializado en clientes mayores.
Fuente: http://ar.finanzas.yahoo.com/