Se nombre es Bratislav Stojanovic, tiene 43 y años y ha vivido los últimos 15 en elcementerio de una localidad serbia llamada Nis. Antes de tomar la decisión de mudarse y pasar sus días entre muertos que descansan en el lugar hace más de 100 años, Bratislav era obrero de la construcción.
Nunca ha tenido un trabajo regular y las deudas que él mismo contrajo a lo largo de su vida lo empujaron a la marginalidad. «No es un palacio, pero es más cómodo que lacalle«, asegura respecto a la tumba donde vive, cuyas lápidas son tan antiguas que es imposible identificar a quienes allí están enterrados.
«Si muero por la noche, estaré en el lugar correcto«, asegura Bratislav, que recoge comida de la basura, subsiste gracias a la buena voluntad de las personas y ha renunciado al trabajo formal para su vida.
Respecto a la cotidianeidad entre ataúdes , el vagabundo serbio asegura que debe salir despacio del nicho que ha ocupado, para no asustar a las personas que transitan la zona. «Al principio tenía miedo, pero ahora me asustan más los vivos que los muertos«, asegura.
Fuente: http://america.infobae.com/