La belleza cambia. Muda. Se transforma. De la sonrisa misteriosa de la Mona Lisa a los excesos de las chicas Botero pasando por los lánguidos rostros impresionistas y la masculina feminidad de Frida, el arte ha retratado –y mostrado al mundo- lo que es “ser linda” en cada época.
Ya más cerca en el tiempo, en los ’90, las tapas de revista destacaban la exageración de lo ideal al mejor estilo Barbie: largos pelos rubios, labios carnosos, una piel extremadamente lisa. Todo gracias al bisturí, a la habilidad del cirujano y, en el mejor de los casos, al Photoshop.
El siglo XXI llega -en apariencia- con nuevos aires. Y Florence Colgate es el mejor ejemplo de esto. A los 18 años, esta estudiante inglesa fue elegida como “técnicamente” la mujer más bella del planeta gracias a un estudio científico. Sí, esta vez la matemática se puso al servicio de la estética y determinó que la chica es la
dueña de la cara más perfecta del mundo.
Es que según un informe de ‘The Perception Lab’, de la Universidad de St. Andrews en Escocia, las proporciones y las dimensiones de esta cara son las mejores. Los estudiosos determinaron que la distancia entre sus ojos, su boca, su frente y su barbilla es óptima.
¿Cómo son las medidas? La distancia que entre sus ojos y su boca equivale a una tercera parte de la diferencia que separa su barbilla de la línea en la que comienza su cabello, sobre la frente. Además, la distancia entre sus orejas dobla, exactamente, el espacio que separa sus pupilas.
Como explica Carmen Lefevre, investigadora del Perception Lab, “la de Florence es una belleza clásica”. Y agrega: “Tiene ojos grandes, pómulos salidos, labios rellenos, y tez clara. La simetría parece ser un elemento muy importante para definir a alguien atractivo”.
La foto de la estudiante fue dada a conocer porque participó en un concurso de belleza del canal ITV en Gran Bretaña, conocido como “Lorraine Naked”, que tiene como objetivo encontrar a la mujer más bella del país. Para poder participar, las jóvenes debían presentarse sin nada de maquillaje y tenían que demostrar que nunca se habían sometido a una cirugía estética. Para resultar ganadora, su cara debió competir y ser elegida entre 8000 participantes.
¿Se viene una belleza más natural o, simplemente, se impone un canon diferente que destaca otro tipo de perfección?
Fuente: http://www.entremujeres.com/