Una de las clientas vitalicias del local, Nilda de García, fue a hacer sus compras a un autoservicio de Villa Mercedes, San Luis, y descubrió en la vitrina de la carnicería algo increíble: el rostro de Cristo estaba dibujado en uno de los trozos de carne que había a la venta. El dueño del local, al ser notificado, hizo que el pedazo de carne dejara de estar a la venta y lo exhibió para que todos pudieran verlo.
“Veo a Cristo como uno lo tiene representado, como un sujeto de cabello largo y barba. Hasta puedo distinguir una especie de lágrima o una gota de sangre que le cae al lado de la nariz”, describió el dueño del Autoservicio González (ubicado en Amaro Galán 602) al diario La República. Y afirmó que “seguirá en la carnicería para que quien quiera contemplarla pueda hacerlo, pero nadie podrá comprarla”.
Fue entonces que el boca en boca generó la visita de los vecinos. Muchos creen en una manifestación divina. Otros simplemente dicen que pueden ver el rostro de Jesucristo en la costeleta. Los clientes más creyentes sugieren que se descongele el pedazo de carne para comprobar su espiritualidad. Dicen que si no se echa a perder es porque tiene algo especial y si no tendría que descomponerse.
Fuente: tn.com.ar