Esta joven alemana de 24 años modificó su cuerpo con una de las ropas más famosas entre las damas en siglos anteriore: el corsé. Esta prenda fue odiada por muchas mujeres durante años e incluso causó la muerte a más de una por intentar lucir una cintura más estrecha.
A Michele Kobke no le ha importado conocer los inconvenientes de vestir el corsé, entre ellos problemas en la espalda, lo que más le interesaba era tener una de las cinturas más pequeñas del mundo. Finalmente lo ha conseguido pero ello le ha costado tener que vestir esta prenda durante tres años, día y noche, sin quitárselo apenas para ducharse, indicó telecinco.es.
Como la propia Michele señalaba en las páginas del diario The Sun; “Para algunas personas mi forma les resulta realmente atractiva”.
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