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Jacqui Evans, una abuela de 48 años, se había dejado estar. Después de tener cuatro hijos y casi 30 años de matrimonio, tenía exceso de peso, pocos y horribles dientes, su piel estaba arrugada y su pelo sufría el desaliño de 10 años sin cortes ni tratamientos.
Durante los últimos tres años, Jacqui, oriunda de Gales, se describió como «gorda y fea». Había llegado a negarse a dejar que sus amigos y familiares le tomaran una foto. Apenas podía mirarse en el espejo y nunca sonreía.
Estaba tan avergonzada de su apariencia que evitó todo contacto físico y nunca más tuvo relaciones con su esposo.
“Mi marido terminó durmiendo en una cama separada, porque no dejo que se me acerque”, contó hace tiempo. “El me ama tal como soy. El llama a éstas líneas de la risa, yo las llamo arrugas”.
Pero este lunes, la madre y la abuela apareció en el programa This Morning durante un especial sobre transformaciones extremas, y dejó claro que era una mujer nueva.
Sobre su proceso de cambio de imagen, dijo: “Espero que me haga ver el mundo de otra manera. Mirar al cielo en vez del suelo».
Jacqui se había quedado con un solo diente frontal y un puñado en la parte posterior de la boca. «Odiaba mis dientes. Simplemente se desmoronaron”, indicó, a la vez que confesaba su terror a ir al dentista.
Sin embargo, gracias al programa de televisión, Jacqui tuvo una serie de sesiones con el Dr. Bobby Bandlish, quien logró conservar y blanquear los dientes existentes y colocó implantes en donde faltaban piezas.
«Fue sin duda uno de los casos más difíciles que he visto”, señaló el odontólogo. “Pero luego de arreglar 10 piezas y colocarle otros postizos, Jacqui puede sonreír, comer y ser feliz con su boca de nuevo”.
Jacqui además no había ido a la peluquería en 10 años, por lo cual el estilista Leo Bancroft tuvo un gran desafío, aunque pudo convertirla finalmente en una rubia muy atractiva.
Las citas con el cirujano plástico Alex Karidis le sirvieron para inyectarse rellenos en las líneas de expresión profundas, mientras que para las arrugas de la nariz y la boca, el médico utilizó un proceso llamado “Youthifying” y la microdermabrasión para suavizar la piel áspera y el tono desigual de Jacqui.
Cuando su transformación terminó, Jacqui sorprendió a su familia y a sí misma con su nuevo aspecto. «Voy a poner más espejos en la casa ahora», exclamó. “Yo era gorda y fea, ahora me veo muy delgada y muy linda», agregó. /Dailymail.co.uk
