Stephen Dockerill se ha operado dos veces para reducir su masa corporal, tras lo que ha perdido 95 kilos. Pero, tras las liposucciones gástricas, su vida no ha mejorado, pues la piel se ha descolgado excesivamente y esto complica su vida.
“No puedo dormir boca arriba por la presión de mi barriga, por lo que tengo que dormir de lado. Si me quiero dar la vuelta, tengo que levantar la piel. Es agotador», asegura Stephen Dockerill. Este padre de cuatro hijos, se sometió a dos liposucciones y, tras ellas, perdió 95 kilos, pero esto no ha mejorado su vida.
Su piel se ha descolgado excesivamente y esto no hace más que causarle problemas. «Estoy muy feliz por no pesar 200 kilos nunca más, pero vivo una existencia solitaria por la piel», afirma Dockerill. No ha intimado con ninguna mujer desde hace 11 años y su vida social se resiente a diario.
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