La extraña reacción de una adolescente de 16 años mantiene en vilo a su familia y a los vecinos del barrio El Vinalar, de la capital santiagueña. Hace diez días, después de participar del Juego de la Copa, la adolescente comenzó a experimentar raras visiones. Conocé la escalofriante historia.
Los extraños sucesos comenzaron hace aproximadamente diez días cuando, durante el festejo de un cumpleaños, presenció cómo sus compañeros de colegio participaban del «Juego de la Copa», o «Güija», que consiste en un tablero dotado de letras y números con el que se cree que se puede entablar contacto con los difuntos.
Según narran los testigos, todo transcurría como si se tratara de un simple juego.Y nadie previó que, pasados unos días, surgirían en la joven actitudes y reacciones extrañas que mantienen en vilo a la comunidad.
La menor comenzó a experimentar visiones extrañas, cada vez más frecuentes. Según se indica, por ejemplo, veía reflejadas en las paredes de su casa muñecas, una mujer vestida de blanco y alucinaciones de todo tipo.
Atemorizada por los acontecimientos, presa del pánico y confusa por la situación, terminó confesando a sus padres todo lo que le sucedía.
Aquellas reacciones extrañas comenzaron a ser cada vez más frecuentes.
Gritos, actitudes cercanas a las «posesiones demoníacas» y otros fenómenos causan el temor tanto a personas cercanas a la víctima, como a los vecinos del centro habitacional.
Presos por la desesperación y la ausencia de explicaciones lógicas a las sostenidas vivencias, sus familiares acudieron a pastores, curanderos y un sacerdote.
Este lunes a la hora de la siesta la muchacha volvió a sufrir los reiterados episodios que quienes los han testificado no dudan en clasificarlos como sobrenaturales.
Un pastor, movilizado por el escándalo que tomó trascendencia pública, asistió a la vivienda a rezar para «expulsar al demonio» que —asegura— «habita en la joven muchacha». Desde hace aproximadamente diez días, no asiste al colegio.
Causa preocupación en los vecinos que no se haya solicitado asistencia médica alguna para la menor, ya que sus familiares consideran que «no está enferma».
Según se ha afirmado, estarían en la misma situación todos los que participaron del juego espiritista.
Fuente: http://www.cronica.com.ar/