En teoría, deberíamos ser capaces de digerir todo sin ningún problema. Lamentablemente, algunas comidas -combinadas con un estilo de vida sedentario- pueden hacer de la digestión una tortura. ¿Quieres conocer a las peores? Acá te las presentamos:
Frituras: Tanto las comidas grasas como las frituras le dan demasiado trabajo a nuestro organismo, lo cual puede degenerar en reflujo ácido y gastritis. Las personas con síndrome de colon irritable deben mantenerse lejos de este tipo de alimentos, incluyendo la mantequilla y la crema de leche.
Ají: El picante baja la presión del músculo ubicado al final del esófago, lo que permite que los ácidos gástricos regresen al esófago.
Lácteos: Si consumir productos lácteos (leche, quesos, yogurt, etc.) te ocasiona hinchazón, gases, diarrea o cólicos, es muy probable que seas intolerante a la lactosa. Atención celíacos y pacientes que reciben quimioterapia: es posible que sus intestinos estén dañados, lo cual los hace más propensos a sufrir problemas con la leche y sus derivados.
Alcohol: El alcohol relaja el esfínter del esófago, haciéndonos susceptibles a la gastritis o al reflujo. Además, unas copas de más pueden inflamar el estómago, impidiendo que absorbamos nutrientes y bloqueando ciertas enzimas. Además, puede causar diarrea y cólicos.
Bayas: Frutas como las fresas, frambuesas o moras son muy saludables, en tanto no se sufra de divertículos –pequeños “bolsillos” dentro del intestino- pues las pequeñas semillas de las bayas pueden quedar atrapadas ahí, produciendo inflamación e incluso infecciones.
Fuente: http://vidayestilo.terra.com.pe