De acá y de allá. Dulce y salado. Light y para golosos. Famosos y no tanto… Como sobre gustos no hay nada escrito, a continuación, APERTURA le ofrece un listado de 10 tendencias gastronómicas para tentar a cualquiera.
A puertas cerradas
Cansados del ruido, la espera y el típico trajín de los sitios de moda, los restaurantes a puertas cerradas surgieron como una alternativa gastronómica original para vivir una experiencia íntima y cálida a la hora de cenar. Una tendencia que es, cada vez, más popular entre los porteños y que se propagó, en los últimos años, por todos los barrios de la ciudad. Con el deseo de brindar un servicio personalizado, en donde el comensal pueda sentirse “como en casa”, muchos chefs jóvenes decidieron abrir las puertas de sus hogares para deleitar a unos pocos visitantes con las delicias más sofisticadas, caseras y saludables. Si bien hay muchos escondidos en distintos rincones de la ciudad, los siguientes adquirieron gran popularidad.
En Paladar Buenos Aires, Ivana Pinar y Pablo Abramovsky, sommelier y chef, respectivamente, reciben pequeños grupos de invitados a su casa desde 2010. Deleitan a sus huéspedes con una cocina de mercado, fresca, rica y sana. Asimismo, ofrecen clases de cocina para principiantes y aquellos con algo más de experiencia, en un ciclo de talleres, de dos meses de duración, en su casa de Villa Crespo. En tanto, con dos sucursales –una, en Villa del Parque y otra, en Villa Devoto–, Celeste Bennati y Matías Famulari llevan adelante Nice Food Gourmet desde hace más de cinco años. Pioneros en la gastronomía puertas adentro, ofrecen un menú que combina diferentes sabores del mundo, generalmente, enfocándose en diversas culturas por día. Uno de sus platos más orginales es “Tierra de Incas”, que consta de siete opciones de cocina tradicional peruana. Para aquellos que, además, buscan pasar una tarde amena y entretenida, los chefs ofrecen una variedad de juegos de mesa, para acompañar con un exquisito cóctel.
Ferias verdes
Cada vez, son más los amantes del buen comer que se suman a la onda verde. Para los foodies que, únicamente, consumen productos orgánicos, frescos y sabrosos, Buenos Aires les dio la bienvenida a diversas ferias de gastronomía saludable, que provocaron un boom entre los porteños. Recientemente, la feria Masticar Buenos Aires, organizada por los miembros de la Asociación de Cocineros y Empresarios ligados a la Gastronomía Argentina, en El Dorrego, barrio de Colegiales, causó furor, de la mano de los chefs más prestigiosos de la Argentina, como Narda Lepes, Maru Botana y Dolli Irigoyen. Bajo el lema “Comer sano hace bien”, los 40.000 visitantes convocados pudieron deleitarse con comidas caseras, como, así también, con un saludable mercado de verduras y frutas de primera calidad a precios muy competitivos. Otra feria que adquirió gran popularidad en el último tiempo es Buenos Aires Market, organizada por Joy un fin de semana de cada mes, en distintos puntos de la ciudad. En su edición de noviembre, realizada en los bosques de Palermo, el mercado urbano de productos orgánicos y alimentos naturales convocó a 60 productores que ofrecieron, al menos, 400 variedades de productos para degustar y adquirir a un valor promocional.
Macarons & cupcakes
No es novedad que, en los últimos años, los menús de moda comenzaran a plagarse de palabras anglosajonas. Sólo basta con caminar por las calles de Palermo para confirmarlo. Sin embargo, entre tanta cookie, smothie, muffin y crumble, dos recetas extranjeras lograron conquistar los paladares porteños. Esa antigua factura a la que, alguna vez, se la llamó magdalena, hoy, se popularizó bajo el nombre de cupcake. Inspirados en la pastelería Magnolia, en Nueva York, el sitio que impuso la moda, los líderes en el mercado local son Muma’s, Piece of Cake y All you need is Cupcakes!. Cruzando el océano Atlántico, en la emblemática Champs-Élysées parisina del sigo XIX, un salón de té conocido como Ladurée dio vida a un pequeño pastelito que, con los años, comenzó a conocerse en el resto del mundo como macaron. Esta suerte de alfajorcito crocante y cremoso a la vez, hecho a base de almendras molidas, hizo su aparición en el mercado local a través del Mc Café, de McDonald’s. Hoy, se puede degustar esta delicatessen francesa en Les Croquants, En el Nombre del Postre y en Les Macarons de Paris.
Criolla reloaded
Porque no tiene que ser extranjero para ser cool, la comida tradicional argentina sigue marcando tendencia, renovando sus locales, su variedad de platos e, incluso, animándose a fusionarse con sabores más vanguardistas, principalmente, en los acompañamientos y guarniciones. De punta a punta, cada provincia ofrece una especialidad “de la casa” y la ciudad de Buenos Aires se encargó de reunirlas a todas.
Para los que desean probar un asado con touch gourmet, Pura Tierra, de la mano del chef Martín Molteni, ofrece un cordero patagónico de primer nivel, en el barrio de Colegiales. Partiendo del sur al oeste, El Sanjuanino presenta una tradicional y rústica variedad de empanadas, tamales y locro para aquellos que quieran vivir una experiencia gauchesca.
Con algo de cantina y otro poco de hippie chic, la parrilla La Dorita se impuso en Palermo Hollywood desde 2002 como uno de los primeros locales en revitalizar las raíces populares, convirtiéndose en uno de los restaurantes más elegidos por celebrities y famosos que trabajan en la zona. El año pasado, inauguró su versión marítima, La Pescadorita, conservando su original estilo, pero con un aire más bien marplatense. Allí, pueden encontrarse desde un clásico besugo a la vasca, hasta las tradicionales paellas y todo tipo de mariscos.
Finalmente, para los que desean hacer un viaje en el tiempo, el Grill del Hotel Marriott Plaza, ambientado como de principios del siglo XX, ofrece uno de los mejores pucheros de la ciudad los días domingos y en fechas patrias.
Colores y mix de sabores
Arrancó el verano y, con los primeros calores, se multiplicaron los lugares que ofrecen jugos naturales, combinando frutas e, incluso, verduras, como una alternativa rica y saludable para lidiar con las altas temperaturas. Para hacerle frente a las gaseosas y continuar con la onda verde, se puede degustar una refrescante limonada con jengibre en Artemisia, un pequeño local en la esquina de Arévalo y Gorriti, en donde sólo se vende comida orgánica y natural. Como dice su eslogan –“Para entenderlo, hay que conocerlo”–, Bartola, emprendimiento de Micaela Tinelli, hija del conductor televisivo, ofrece una variada carta de jugos y licuados “raros”, como advierte su creadora, que combinan frutas, verduras y otros elementos.
La vedette: manzana, zanahoria y miel. Para los amantes del té, cada vez, se encuentran más locales de Tea Connection esparcidos en distintos puntos de la ciudad. Esta cadena impuso la pasión por el té helado, un brebaje muy popular en el hemisferio norte que, en la Argentina, poco a poco, empieza a hacerse conocido. Entre los más deliciosos, se destacan el Greenforest, a base de té verde de China, arándanos rojos y pétalos de rosa y el Mango Peppermint, a base de sencha, un té verde oriental que se fabrica sin triturar las hojas, menta, miel y trozos de mango.
Yogurt helado
En línea con los productos de temporada, y para los que anhelan un bocadito dulce, refrescante y light, el frozen yogurt irrumpió para competirle al helado. Luego de un intento fallido en los ’80, marcas como Top It, Zog y Pinkfrost posicionaron esta crema helada a base de yogur como una opción trendy y saludable para degustar. Con 0 grasas y tan sólo 100 calorías, no hay dos yogures helados iguales, ya que cada uno puede armarlo a gusto con los diferentes toppings de salsas, frutas naturales y frutos secos que brinda cada local.
Aaaaazúucaarr…
Para aquellos que disfrutan de lo empalagoso, el pegote en la boca, la energía que provocan y ese deseo de que nunca se termine el paquete, las golosinas no podían dejar de ser tendencia gastronómica. Porque lo dulce nunca pasará de moda, emergen, poco a poco, distintos locales que ofrecen nuevas variedades para revivir la insaciable experiencia de liberar endorfinas con una buena dosis de azúcar.
En Buenos Aires, una propuesta original de boutique o candy bar es Dr. Candy, ubicado en Palermo Soho y pronto a inaugurar una sucursal en Belgrano. Este pequeño local está ambientado como si fuera una farmacia en la que los dulces son los medicamentos, enlatados en pastilleros, botiquines de primeros auxilios o frascos de diferentes tamaños. Con etiquetas como “Para el bajón”, “Vitaminas para arrancar los lunes” o “Plan bikini 2013”, cada cliente puede personalizar su frasco y sus dulces llevándose el remedio indicado.
Sabor incaico
Luego del boom de la comida mexicana de los últimos años, otra cultura latinoamericana ingresó, de a poco, al circuito gastronómico porteño. Hoy, se consagró como uno de los trends regionales más populares. De la mano del ceviche, las causas y los tiraditos, la comida peruana alcanzó gran popularidad, a través de restaurantes que se convirtieron en íconos de la cocina incaica, entre ellos, Pozo Santo, Astrid & Gastón y Contigo Perú. Pero, también, hay muchos de ellos, no tan conocidos, que ofrecen excelentes variedades para degustar. Imperdible el sakana ishiyaki de Osaka, un restaurante palermitano que elabora este plato, a base de carnes autóctonas tapadas con hierbas sobre una piedra caliente.
El brunch dominguero
Muy tarde para desayunar pero muy temprano para almorzar, esa lucha interna que se repite cada fin de semana encontró una solución simple y, cada vez, más fácil de hallar: el brunch. La tendencia se popularizó en la década del ’90 en el hemisferio norte y, en Buenos Aires, está cambiando la costumbre local. Los bares y confiterías abren, cada vez, más tarde, a la espera de comensales hambrientos, dispuestos a unificar las primeras comidas del día, en una combinación que puede incluir desde tostadas, hasta huevos revueltos, fiambres y diversas infusiones. El must, elegir un barcito chic con mesas sobre la calle para disfrutarlo al sol. Se destacan, en esta especialidad, los bares de los museos como el Evita, el de Arte Decorativo, el Malba y la última incorporación: el de la colección de arte de Amalia Lacroze de Fortabat, en Puerto Madero.
Alto, en el cielo
Porque los sabores, los aromas y la textura de una buena comida elevan a quien los prueba, qué mejor que vivirlo en forma literal. Por ejemplo, en las terrazas de Buenos Aires: chiquitas, enormes, más casual o muy finas, sin lugar a dudas, degustar un delicioso plato acompañado de una vista excepcional enriquece la experiencia. Algunos de los lugares para crear estas postales mentales son Il Fuime, un restaurant de estilo italiano ubicado en el moderno barrio de Puerto Madero, con una espectacular vista de los rascacielos de la ciudad sobre la ribera porteña; y Morena Beach, una suerte de restaurante flotante ubicado en Puerto Norte, sobre el Río de la Plata, con grandes ventanales desde donde puede apreciarse una vista singular de la ciudad y de la costa.
Fuente: http://www.apertura.com