Hallan método para comprobar la hipótesis de Gaia, que asegura sólo existe vida en nuestro mundo
Un equipo de investigadores de la Universidad de Marylan han encontrado un método para comprobar la hipótesis de Gaia, que asegura sólo hay vida en la Tierra.
La clave, al parecer, está en el azufre y en la capacidad de este elemento esencial para la vida para facilitar las hasta ahora misteriosas interacciones entre las criaturas marinas, terrestres y aéreas.
La hipótesis de Gaia fue formulada en los años 70 por James Lovelock y Lynn Margulis, sostiene que todos los procesos físicos y biológicos que se dan en nuestro planeta están inextricablemente conectados y forman un complejo sistema sensible y capaz de regularse por sí mismo.
Un de los principios de esta hipótesis es que debería existir un compuesto del azufre, creado por los organismos marinos, capaz de resistir los procesos de oxidación del agua para salir de ella, viajar por el aire y llegar también a tierra firme.
Ese compuesto sería el «nexo de uión» entre los distintos organismos y ecosistemas del planeta. Para los investigadores, el mejor candidato para cumplir con esa delicada y esencial misión sería el dimetilsulfuro (DMS).
Ahora, el equipo liderado por Harry Oduro, de la Universidad de Maryland, junto al geoquímico James Farquhar y la bióloga marina Kathryn Van Alstyne, de la Western Washington University, han conseguido poner a punto un método para rastrear y medir los movimientos del azufre en tierra, mar y aire. Lo cual podría ser crucial para confirmar, o descartar para siempre, la hipótesis de Gaia.
Según Oduro y sus colegas, su trabajo es la primera medición directa jamás realizada de la composición isotópica del dimetilsulfuro y de su precursor, el dimetilsulfoniopropionato. Medición que revela sutiles diferencias entre estos dos compuestos del azufre producidos por algas y fitoplancton.
El azufre es el décimo elemento más abundante del Universo y forma parte de numerosos compuestos, tanto orgánicos como inorgánicos.
Su complejo ciclo le lleva a estar presente en el mar, el aire, la tierra y en todos los seres vivientes, por lo que juega un papel esencial tanto en el clima como en la salud de los organismos y los ecosistemas.
“Las emisiones de dimetilsulfuro -explica Oduro- juegan un papel en la regulación del clima a través de su transformación en aerosoles”.
Fuente http://quo.mx/