A las mujeres les gustan los hombres que las hacen reír. A los hombres les gustan las mujeres que les ríen los chistes. Ambos usan el humor y la risa para expresar interés romántico, de maneras diferentes. En la búsqueda de una mujer para que se convierta en compañera de vida, el hombre no tiene preferencia por las mujeres cómicas. Las mujeres sí buscan hombres divertidos.
Hay estudios que relacionan el humor con la selección sexual. Muchas investigaciones apoyan que cuando la mujer busca un amigo para una relación breve, si está ovulando prefiere un hombre con indicadores de buenos genes: simetría corporal, comportamiento imponente y rasgos faciales muy masculinos. En contraste, si durante ese mismo ciclo busca una pareja para una relación permanente, busca y escoge a un hombre con recursos económicos, que sea tierno y amoroso.
El humor tiene un rol importantísimo en la etapa de cortejo o enamoramiento. La mujer se ríe más que el hombre, sobre todo cuando están conversando con un hombre. El hombre, por su parte, encuentra más atractiva a la mujer cuando ella ríe. De hecho, la risa de la mujer predice el nivel de atracción mutua en una pareja. La mujer se ríe mucho cuando es atraída hacia un hombre o cuando percibe el interés del hombre en ella. Esa risa a su vez la hace más atractiva para él porque le envía señales de que ella recibe bien su atención.
A medida que la relación progresa, cambian los propósitos del humor en la pareja, y cobra importancia en la sobrevivencia de la relación. Con frecuencia el humor es el lenguaje privado de la pareja, puede servir de tranquilizante o aliviar momentos de tensión. Sin embargo, la diferencia de los géneros en interpretar o expresar el humor se agudiza a través de los años y cambia de perspectiva. Mientras en el inicio de la relación el hombre produce el humor y la mujer se lo celebra, a largo plazo el humor masculino puede ser dañino para la relación. Cuando las mujeres son quienes recurren al humor, las relaciones se enriquecen y mejoran.
Catherine Cohan, de la Universitad del Estado de Pennsylvania, y Thomas Bradbury, de la Universidad de California en Los Ángeles, analizaron durante 18 meses grupos de parejas enfrentándose a un factor de mucho estrés como la muerte de un familiar o la pérdida de empleo. El uso de humor de parte del esposo se convirtió en señal de peligro. Las parejas en las que el esposo usaba el humor resultaron más propensas a separarse o divorciarse durante esos 18 meses que aquellas parejas donde el esposo no usaba el humor.
¿La razón? El humor masculino que enamora a la mujer cambia tanto su estilo que se convierte en la manzana de la discordia. El hombre hace bromas pesadas y agresivas en momentos trágicos, dramáticos, tristes y de gran importancia matrimonial y familiar, para evadir el manejo de las situaciones y de las conversaciones serias. Sus comentarios “humorísticos” tienden a ser de burla, sarcasmo y menosprecio a su pareja (a veces de manera irremediable). Para colmo, escoge los momentos más inoportunos para bromear, perjudicando la relación matrimonial. Pierden el sentido de lo que es el momento apropiado para un chiste.
El efecto de ese humor masculino negativo se ve en los resultados de la prueba Coping Humor Scale (CHS) que mide el uso del humor para manejar el estrés. Los matrimonios de los hombres con una puntuación alta en ese examen son menos satisfactorios que los de otros que no usan tanto el humor. Según la misma prueba, las mujeres que usan más el humor para manejar sus situaciones, reportan mayor satisfacción en su matrimonio. Su estilo de humor es saludable, oportuno, bromean mucho sobre ellas mismas y son hábiles aliviando la tensión.
El psicólogo John Gottman, del Instituto Gottman, una autoridad en la investigación de la relación matrimonial, encontró que la reducción del ritmo cardiaco en el hombre durante discusiones intensas es crucial para un matrimonio exitoso (el de las mujeres no hace diferencia). ¿Y sabes cuál resultó ser la mejor forma de reducir ese ritmo cardiaco? ¡Que su esposa diga una broma para aliviar la tensión! Las parejas donde las esposas utilizan el humor como recurso están más propensas a disfrutar un matrimonio estable, comparadas con aquellas donde las esposas no utilizan el humor. En una relación de parejas, el humor en el hombre es menos importante con el tiempo (y es mejor que ni lo use), pero el humor de la esposa cobra mayor valor. La mujer sabe utilizar el humor oportuna y apropiadamente para enriquecer el lazo emocional y mantenerse conectada a su hombre.
Mujer, hasta en eso eres fabulosa. Cautivas a tu hombre con tu sonrisa y celebrando sus chistes. Cuando él se amarga y su estilo de chistes ya no es digno de celebración, en los peores momentos tú le lanzas una broma y lo salvas de un infarto cardíaco. Entonces el humor tuyo lo mantiene cautivo.
Fuente: http://voces.huffingtonpost.com