El comerciante que declaró ser el autor material del crimen de la joven Aguirre, será trasladado al lugar donde enterró el cuerpo de su ex pareja para tratar de hallar el cráneo, que aún no fue localizado.
Alejandro Reynoso, el confeso asesino detenido por el crimen de Solange Aguirre, la chica de la localidad bonaerense de Benavídez que apareció decapitada en una isla de Entre Ríos, irá este viernes junto a los investigadores al lugar donde enterró el cuerpo para tratar de hallar la cabeza de la víctima.
El abogado de la familia Aguirre, José Vera, informó que “fue el propio imputado quien aceptó colaborar con los investigadores para intentar hallar la cabeza de la joven”, que según su confesión, arrojó cerca del sitio donde enterró el cadáver, y que aún se encuentra desaparecida.
De la inspección en las inmediaciones del puente Urquiza, del lado de la isla entrerriana de Talavera, en la zona del complejo Zárate-Brazo Largo, participarán el fiscal de Boulogne a cargo de la causa, Sebastián Fitipaldi; el juez entrerriano de Gualeguaychú que intervino en el hallazgo del cuerpo, Arturo Dumón; policías bonaerenses y un grupo de bomberos.
Vera contó que él también participará de la diligencia y que por parte de la familia de la víctima irá Gastón Aguirre, el hermano de Solange.
También será trasladado el hijo del principal acusado, Sergio Reynoso (19), quien también está detenido por el caso pese a que su padre, en su confesión, trató de desincriminarlo al afirmar que no tiene nada que ver con el crimen y que tampoco supo que le pidió que lo acompañara a la zona de Zárate-Brazo largo para enterrar un cadáver.
Aguirre (22) era madre de dos niños, un varón de 5 años y una niña de 2, hija de Reynoso padre (38).
La joven fue vista por última vez el 5 de este mes cuando salió a comprar cigarrillos a un supermercado chino de Benavídez donde quedó grabada por cámaras de seguridad y dijo que después iba a ir a hablar con el padre de su hija a una de sus pollerías.
Según la confesión que Reynoso brindó ante la Justicia, aquella tarde Solange lo fue a ver a una de sus pollería de la ruta 9, allí discutieron y que la asesinó atravesándole la cabeza con una chaira para afilar cuchillos.
El pollero relató que luego recubrió el cadáver con dos bolsas, lo cargó en su camioneta y fue a su casa de la calle Peñaloza 1992, de Boulogne, partido de San Isidro.
Ya en horas de la madrugada del jueves 6, fue con su hijo a la zona de Zárate-Brazo Largo, un lugar que conocían porque solían ir a pescar y allí enterró el cadáver, al que previamente le seccionó la cabeza, le cortó las yemas de los dedos de las manos y le tajeó los tatuajes, para dificultar su identificación.
El sábado 8, en un camino vecinal próximo al puente Urquiza de la isla Talavera, a metros del límite con la provincia de Buenos Aires, cuatro pescadores paraguayos que habían visto a dos hombres enterrar algo, descubrieron el cadáver decapitado y completamente desnudo de una mujer luego fue reconocido por su familia como el de Solange.
La clave de la identificación fueron los tatuajes que la víctima tenía en uno de sus hombros con las iniciales de los nombres de sus dos hijos, “A” y “L”, pese a que esa zona había sido tajeada, y alguna particularidad en sus pies.
Fuente: http://www.cronica.com.ar