La gimnasia es una práctica ideal para mantenerse activa durante el embarazo y para recuperar la silueta luego de haber dado a luz. Cuánto tiempo después del parto comenzar y qué ejercicios son los adecuados, en esta nota
Ejercitarse regularmente trae grandes beneficios. Por un lado ayuda a la mamá reciente a verse bien y sentirse segura consigo misma y por el otro le permite recuperar y controlar su peso corporal: perder exceso de grasas, y aumentar la masa muscular, luciendo un cuerpo más delgado, bien formado y mejor definido. Mejora la circulación, y se fortalecen los huesos.
Asimismo, la actividad física constante y gradual trae grandes beneficios a la hora de amamantar, ya que se fortalecen los músculos de la espalda, mejorando la postura.
Casi todas las mamás sueñan con recuperar su figura rápidamente después del parto. Pero luego de dar a luz, hay que adaptarse a los cambios físicos y anímicos que se producen en toda mujer y acomodarse a las rutinas del bebé.
Se recomienda a las mamás que comiencen a realizar, previo apto médico, cualquier modalidad de ejercicio aeróbico que decidan, siempre y cuando, su trabajo sea controlado por un profesor de educación física.
El profesional es la persona mejor capacitada para indicar el tipo de clases apropiada para cada mamá. Una vez que el obstetra lo autorice, generalmente entre 30 y 40 días, dependiendo si se tuvo un parto por vía baja o por cesárea, se podrá comenzar con la realización de actividad física en forma gradual.
Hay que recordar que el abdomen se va deshinchando lentamente durante el primer mes, el útero vuelve a su lugar durante los cuatro primeros meses y las caderas tardan entre 8 y 9 meses en reacomodarse. Por eso hay que retomar la actividad sin sobreexigencias, y sin desanimarse.
Antes de comenzar con clases de gimnasia en centros especializados, se pueden realizar caminatas al aire libre. Éstas pueden tener una duración de entre 15 o 30 minutos, y son recomendables para oxigenarse y cambiar el humor. Es importante caminar erguida con los brazos al costado del cuerpo, y mirando al frente.
Una vez terminada la entrada en calor, se puede proceder con los ejercicios de fuerza, y combinarlos con ejercicios que ayuden a tonificar los músculos de los brazos, los hombros, el pecho, las piernas, y los glúteos.
Para fortalecer los abdominales, el trabajo debe ser progresivo, y una buena manera de encararlo es mediante la utilización del método hipopresivo. Esta técnica ayuda a reducir el perímetro abdominal aportando mejoras estéticas, posturales y funcionales, además es una excelente prevención para todo tipo de hernias (inguinales, abdominales, crurales, vaginales). También es efectivo para prevenir edemas y, piernas pesadas, y evitar lesiones articulares y musculares.
Para finalizar la rutina es esencial el estiramiento, ya que ayuda a evitar contracturas y dolores futuros. Hay que relajar la columna, los isquiotibiales, los glúteos, el tronco y la zona del cuello.
También es importante destacar que la práctica regular de actividad física ayuda a evitar el prolapso, la incontinencia urinaria y una posible depresión post parto.
Fuente: http://saludable.infobae.com