Realizar ejercicios físicos es fundamental para tener un trasero firme y tonificado, pero no es lo único: la alimentación afecta directamente a esa zona del cuerpo.
Cuando las proteínas no se toman en cantidades idóneas pueden aparecer distintos problemas de salud, pero en lo estético hay uno muy característico: la flacidez muscular. Eso significa que diversas zonas del cuerpo pierden firmeza y adquieren un aspecto fofo, caído.
Una de las zonas más afectadas son los glúteos, por una razón muy sencilla: la mayor parte de esta área está compuesta de músculos, en concreto por uno muy grande potente que se divide en tres: glúteo mayor, glúteo medio y glúteo menor.
Ingerir proteínas en una adecuada proporción hace que los músculos en general y los glúteos en particular se fortalezcan, con lo que la figura se tonifica y adquiere una bonita forma. El consumo de carne, pescado y huevos son claves, ya que son los alimentos más proteicos, base de la estructura de nuestro organismo y también de los músculos.
Tampoco hay que abusar. Basta con que sigas las pautas de alimentación diaria equilibrada, que debe contener, aproximadamente, entre un 15-20 por 100 de proteínas 30-35 por 100 de grasas y 50-55 por 100 de hidratos de carbono. Así seguro que acierta.
Las bases de la dieta
Si además de saber qué alimentos son los más indicados para tus glúteos, quieres que ganen firmeza, pon en práctica esta dieta. De paso, te servirá para perder algún kilo de más. El plan a seguir es el siguiente:
– La base son las proteínas. Todos los días se incluye una ración en el almuerzo y otra en la cena.
– Es bastante hipocalórica y aporta cerca de 1.500 calorías diarias.
– Puede eliminar 1 kilo en 6 días, tiempo de duración de la dieta.
– La dieta no debe repetirse más de dos semanas seguidas, pero es una buena idea hacerla una vez al mes o cada dos meses.
– Si en las 2 o 3 horas siguientes a una comida vas a hacer ejercicio, toma algún alimento rico en carbohidratos de asimilación lenta como pastas, arroz o papas.
– Elija siempre carnes magras, quita por completo la piel del pollo y demás aves y elimina los bordes grasos de los embutidos.
– En materia de pescado, es preferible escoger aquellos que están en plena temporada, y mejor los azules.
– Las frutas incluidas en la dieta son las menos calóricas, sin bien puede elegir algunas más energética, como los plátanos o las uvas pero siempre sin abusar.
– Si en algún momento sientes hambre, aumenta las raciones de verduras, pero cuidado con los aliños: no te pases con el aceite ni las salsas o engordarás.
– La dieta se realiza de lunes a sábado y el domingo “ se descansa”. Puedes comer lo que quieras, pero con sentido común. Los atracones no valen.
Ejemplos de menús:
Desayuno:
Opción1: Un tazón de cereales con leche descremada y una pera en trocitos.
Opción 2: Un café con leche descremada y una tostada de pan integral con 10 gramos de margarina vegetal.
Media mañana:
Opción1: Una feta de jamón de pavo
Opción 2: Un jugo de naranja.
Almuerzo:
Opción1: Sopa de verduras, fideos con tomate, una porción de queso fresco.
Opción 2: Espinacas con jamón, merluza a la plancha y una gelatina.
Merienda:
Opción1: Una manzana (mejor con cáscara)
Opción 2: Una rodaja de ananá natural.
Cena:
Opción1: Champiñones al horno, un bife de vaca o pavo a la plancha, una infusión de manzanilla.
Opción 2: Ensalada de lechuga, endibia, rábano y col con una cucharada de aceite de oliva y media de vinagre, un filete de pollo a la parrilla y una infusión de poleo. /publimetro.cl