Una joven, Mha Gul, de 20 años, de la región occidental afgana de Herat, ha sido decapitada tras negarse a que su suegra la prostituyera con uno de sus primos, el cual la mató después de atarla, informó hoy a Efe una fuente oficial.
El crimen ocurrió durante la madrugada del martes, cuando la suegra de Gul aprovechó la ausencia de su hijo -y esposo de la joven- para obligar a su nuera a mantener relaciones sexuales con su primo Najibulah, declaró el portavoz provincial, Mahaiuding Noori.
Según el portavoz, Najibulah ató a la joven de manos y piernas y luego la decapitó porque, afirmó, Gul «era una prostituta».
La policía arrestó a Najibulah, al marido de Gul y a la suegra y el suegro de la joven, aseguró Noori.
En Afganistán se combina una visión muy rigurosa del Islam con el atávico código de las tribus pastunes, conocido como «pastunwali», que aboca a las mujeres a un casi nulo papel decisorio.
La situación de las mujeres fue particularmente dura en el país asiático durante el régimen integrista talibán, que dominó Afganistán entre 1996 y 2001.
Se les forzó a vestir burka -prenda que cubre por completo el cuerpo excepto una estrecha rejilla a la altura de los ojos para poder ver- y se les prohibió trabajar, estudiar o salir al exterior a no ser que estuvieran acompañadas de algún pariente varón.
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