Contrariamente a lo que muchas personas creen, el karma es el conjunto de acciones que se manifiestan en nuestra vida, y éstas dependen de las causas positivas o negativas que cada uno vaya acumulando en el tiempo.
Es decir, la Ley del Karma no es más que la ley de Causa y Efecto. Nuestro karma puede ser negativo o positivo, dependiendo de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Otro error frecuente en el común de la gente es pensar que el karma es el destino inmodificable de cada persona. Cuántas veces hemos escuchado “ay! ese es mi karma” vinculado a algún aspecto negativo que consideramos inmodificable en nuestra vida. Sin embargo, cada uno es responsable de sus acciones y pensamientos, existe el libre albedrío para ir modificando nuestro karma.
Karma en el presente y futuro
El consepto de Karma se origina en religiones de Oriente, como el budismo y el hinduismo, donde significa «acción volitiva». Es un acto de voluntad, originado en la mente de un individuo, que tendrá un efecto determinado en algún tiempo futuro. En otras palabras, la ley de karma nos dice que si hacemos el bien, experimentaremos el bien, y si hacemos el mal, experimentaremos el mal.
Pero, cuidado, es una gave distorsión usar esta idea para desentendernos de la situación desventajosa de algunas personas. Por ejemplo, decir que alguien si es pobre es porque se lo merece. Al contrario, el karma según el budismo significa que tenemos la responsabilidad de actuar compasivamente para con otros. Si no logramos eso, creamos karma negativo para nosotros mismos.
Actitudes como la de juzgar son estados mentales negativos que causan mal karma en y para nosotros mismos. Siempre hay que recordar que el presente es el resultado de las acciones pasadas pero también la semilla que estamos sembrando para el futuro.
A cada instante vamos transformando el karma personal y el colectivo. Al momento de nuestra muerte física, la filosofía budista explica que el karma queda latente en el universo hasta volver a manifestarse físicamente. Es decir, que el karma va evolucionando en ciclos de vida y muerte, y es de esperar que se vaya perfeccionando hasta alcanzar la iluminación absoluta.
Transformar la vida cotidiana
Todos tenemos ideas, actitudes, creencias y pautas emocionales que limitan nuestra experiencia de bienestar y prosperidad. La baja autoestima, la sensación de escasez, el temor al fracaso o al éxito y los sentimientos encontrados (culpa), el resentimiento, la pereza y la ignorancia, la ira o el egoísmo son todos factores que nos cargan de karma negativo. Cada persona tiene una tendencia particular con la que debe lidiar permanentemente.
Para poder transformarlo hacia pensamientos y sentimientos positivos que conduzcan a la plenitud y el desarrollo personal es necesario poder identificarlos.
Si se quiere revertir un karma negativo, los orientales purifican su mente y espíritu a través de la meditación, un mejor estado energético se refleja en un accionar más justo y compasivo en la vida diaria. La meditación también permite que nos observemos con claridad, que nos ilumines sobre la verdad interior y del entorno. Si no aprendemos a aquietar la mente y sus dudas, a controlar el estrés y apaciguar el espíritu, difícilmente encontremos el camino para revertir un karma negativo.
Esta transformación debe darse en nuestra realidad cotidiana, frente a los obstáculos de la vida real. No es requisito vivir de retiro espiritual en retiro espiritual para alcanzar la iluminación. A continuación le damos algunos consejos para que trabaje en su limpieza kármica:
- Conocer nuestro Karma negativo es conocer nuestra misión: cuando uno detecta las dificultades recurrentes en la propia vida, está frente al desafío de descubrir para qué han sido puestas esas piedras en el camino.
- El presente es el mejor momento para resolver el Karma: de nada sirve aferrarse al pasado, quedarse en la queja o la culpa. Cada día al levantarnos debemos repetirnos “a partir de ahora”. Todos los días es “a partir de ahora” modifico para bien mi vida sin mirar atrás.
- Creer en nosotros mismos y hacernos responsables: nadie es perfecto y aún la persona más feliz tiene dificultades y defectos. El secreto de la felicidad es afianzar una actitud positiva ante la vida con la certeza de que cada uno es capaz y responsable de transformar su karma.
- Transformar veneno en medicina: cada obstáculo es oportunidad de avanzar en la evolución positiva de nuestro karma, si no fuera por los desafíos no podríamos superarnos, así que debemos en cada conflicto ver el lado positivo aunque requiere esfuerzo.
Según la Ley del Karma no debemos esperar que el entorno y los demás cambien para ser felices. Los verdaderos cambios comienzan por uno mismo, cambia uno y, como consecuencia de esta causa, se modifica todo lo que nos rodea. La Ley del Karma es infalible. Fuente