No hay duda al respecto: frente a un cambio de década, siempre se plantea un interrogante, un conflicto existencial que resolver. en esta nota, veremos cuáles son y cómo se puede mantener una visión positiva para ser felices en cada momento de la vida.
Durante las últimas décadas, se han producido cambios en torno a la idea colectiva de lo que “debía” acontecer en la vida al llegar a determinada edad. Por ejemplo, dos generaciones atrás, era esperable que, a los “veintipico”, un joven ya tuviera con un rumbo laboral concreto y, además, que estuviera ya casado y con hijos. En cambio, hoy en día, se ve que esas expectativas se han desplazado en el tiempo; así, lo que hace treinta años pasaba a los 20, hoy pasa a los 40. Cambiaron los “mandatos” sociales y esto lleva a nuevos desafíos, que se producen tras el abandono de una etapa y el ingreso en otra.
Veamos, ahora, cuáles son los problemas actuales de cada década y qué podemos hacer para enfrentarlos. Le mostramos algunas claves generales que se adecuan al desarrollo sano y “normal” de la edad por la que se está transitando.
A LOS 20
Desde hace una década, los jóvenes de esta edad se parecen más a un adolescente quinceañero, que a sus padres con los mismos años. Incluso, muchos especialistas aseguran que la adolescencia se extendió hasta los 25 años, porque los jóvenes siguen viviendo en un estado de crisis y rebelión continuos (con el mundo y con ellos mismos), típicos de esta etapa.
Su principal interrogante tiene que ver con la elección de una carrera, un trabajo y la concreción de una pareja duradera. En general, cuando logran su autofinanciación, lo que desean es vivir solos, con un amigo o un amor. Lo que además sucede actualmente es que muchos jóvenes – en general de bajos recursos- muestran un gran desinterés por superarse y sólo viven el presente como si no hubiera futuro.
Esto, además de crear ciertas crisis de estabilidad respecto a las instituciones, los lleva a caer en vicios, como las drogas o el alcohol, debido a que no pueden ver signos de esperanza para acceder a esa vida de “ensueño” que le muestran la publicidad y la TV.
La clave: encontrar la verdadera vocación que los haga felices; descubrir y desarrollar todas las capacidades personales; ir esbozando lo que desearían ser, esforzarse y planificar el futuro.
A LOS 30
En esta etapa, se juega la definición de lo que se denomina “proyecto de vida”, que abarca, desde el sueño de la casa propia, el futuro laboral, la pareja estable, hasta la madurez personal. El tema de tener hijos, en general, queda relegado para concretar luego, más cerca de los 40 años. Hoy en día, ni los hombres ni las mujeres de 30 se cuestionan el deseo de ser padres. Las prioridades son: vivir solos o en pareja, encontrar un trabajo para sustentarse y lograr la construcción de un porvenir personal.
Otra de las características “modernas” de esta década es el “sentirse viejo”, que se produce porque ha habido un cambio en los ideales. Hoy en día, estos jóvenes están cegados por el deseo de tener mucho dinero y eterna juventud. Sin embargo, sucede en muchos casos que el mismo sistema laboral despoja cada vez más de las mejores posibilidades de vida, en vez de dar oportunidades para expresar la experiencia y conocimiento adquiridos.
Así, lo que vale es ser joven, bello y lo más exitoso posible. Sobresale lo que se tiene y el individualismo. Se han perdido otros valores, como el amor, la solidaridad, el bien común y la familia.
La clave: un buen consejo para superar este tipo de problemática es reflexionar sobre cada uno de los mandatos sociales impuestos y decirse: “Hasta aquí llego”. Hay que encarar la vida según parámetros propios. Hay que darse cuenta de que no vale perseguir ciegamente supuestos “honores” sin futuro real.
A LOS 40
A partir de los 40 años, muchos son los que se empiezan a cuestionar su objetivo en la vida y tienen la sensación de que el tiempo pasa cada vez más rápido. También, están los que se alarman porque detectan las primeras arrugas y canas. Todos estos temas generan la aparición de la denominada “crisis de la edad media”, una forma de nombrar a las frustraciones típicas de esta edad.
En esta etapa, por ejemplo, es común que los hombres se cuestionen si su rendimiento sexual es igual al que tenían años atrás. Según los sexólogos, muchas veces, es este mismo interrogante el que les dificulta alcanzar o mantener una erección. En el caso de las mujeres, la problemática de esta etapa no pasa por la sexualidad, sino por su realización personal. Para las que siempre se ocuparon del hogar y los hijos, es un momento de replanteos y de pensar en qué sería de ellas si hubieran estudiado o ejercido su profesión. Para las que hicieron lo contrario y todavía no han tenido hijos, sienten que ya llegan a la recta final y que tienen las últimas posibilidades de ser madres.
Además, durante los últimos años de esta década, aparecen los primeros síntomas de la menopausia y muchas mujeres se deprimen, porque sienten que perdieron parte de su femineidad.
La clave: dice el refrán popular que “nunca es tarde para empezar”; comience a estudiar o a trabajar en lo que “realmente” desea y en algo que lo satisfaga profundamente. Respecto al sexo, no se olvide de que ahora empieza usted a ser realmente libre, aprovéchelo.
A LOS 50
Durante estos años, las personas reflexionan sobre las decisiones que han tomado. Es común que piensen que se sacrificaron mucho trabajando y que no disfrutaron tanto de las relaciones personales (hijos, pareja, familia y amigos). Por otro lado, a medida que los hijos dejan el hogar, comienza lo que se conoce como “síndrome del nido vacío”; es decir, la percepción del hecho de que el matrimonio se quede solo en la casa. Esto puede causar depresión, tanto en las mujeres amas de casa, como así también en las profesionales.
Dado que estos sentimientos de vulnerabilidad coinciden con los años de la menopausia puede ser un período devastador para el sexo femenino. Cabe destacar que los hombres también experimentan lo mismo, ya que ver partir a los hijos coincide, en algunos casos, con descubrir que su matrimonio no los satisface.
La clave: sea comprensivo con usted; si no está contento, es momento de rehacer su vida. En segundo lugar, recuerde que la verdadera juventud está en su mente-corazón, no en su cuerpo. Y no olvide sus fortalezas: su conocimiento y experiencia.
CONSEJOS PARA TODAS LAS EDADES
Traten siempre de cumplir sus deseos y de vivir de acuerdo a lo que sienten. Los honores pueden llenar por un tiempo el vacío existencial, pero son las cosas hechas con el corazón las quedan registradas para siempre y trascienden nuestro ser. Fuente