Según científicos de la Universidad de Arizona, una sola persona enferma puede infectar a más de la mitad de sus compañeros de trabajo en cuestión de horas.
En el estudio, llevado a cabo en una oficina, participaron cerca de 80 personas. A algunas de ellas se les suministraron gotas en las manos al comienzo de un día de trabajo normal. Mientras que la mayoría de esas gotas eran de agua, una persona, sin saberlo, recibió una gota que contenía virus artificiales que imitan a los del resfriado, la gripe y una infección estomacal.
Los empleados recibieron instrucciones de realizar a lo largo del día actividades que normalmente llevan a cabo. Casi cuatro horas más tarde, los investigadores tomaron muestras de superficies de la oficina, así como de las manos de los trabajadores, y encontraron que más del 50% de las superficies y los empleados estaban infectados con al menos uno de los virus.
Al final de la jornada laboral, los científicos tomaron de nuevo muestras de las superficies y manos de los empleados. Para entonces, los virus del resfriado y la gripe, conocidos por tener un tiempo de supervivencia corta, se habían disipado. Sin embargo, el virus estomacal había seguido propagándose, infectando hasta al 70% de las superficies analizadas.
Los investigadores calcularon que los empleados se enfrentan a una probabilidad de entre el 40% y el 90% de infectarse con uno de estos tres virus.
Asimismo apuntaron que los puntos clave en los que se propagan los gérmenes son en teléfonos, escritorios, picaportes, botones de fotocopiadoras, ascensores y neveras que se encuentran en la oficina.
Sin embargo, el estudio también reveló que el riesgo de infección entre los empleados puede reducirse drásticamente tomando medidas tan simples como lavándose las manos o usando desinfectantes o toallitas húmedas.
Fuente: http://actualidad.rt.com/