El calmante de acción prolongada no debe usarse para tratar dolores agudos, sólo como una opción cuando otros medicamentos han fallado
Si no estás lidiando contra el dolor ocasionado por cáncer, probablemente no deberías tomar una prescripción de metadona.
Ese es el mensaje que se desprende de las alarmantes estadísticas que sugieren que el uso inapropiado de la metadona está relacionado a un tercio de las muertes causadas por sobredosis de analgésicos prescritos, en Estados Unidos.
La metadona apenas constituía un 2% de las recetas en 2009, según información provista por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), que abarca 13 estados y un periodo de 10 años, pero fue responsable del 30% de las muertes asociadas al uso de analgésicos en Estados Unidos.
“La metadona es más riesgosa en comparación con otros opiáceos para el tratamiento del dolor que no es causado por el cáncer”, dijo el médico Thomas Frieden, director del CDC, quien añadió que existe evidencia científica limitada que prueba su eficacia para aliviar el dolor crónico ocasionado por causas distintas a cáncer. “Solamente debería ser utilizada para tratar el dolor cuando otros medicamentos no han funcionado”.
Frieden diferenció el uso de la metadona como tratamiento para la adicción a la heroína, por ejemplo, y el incremento en su uso como primer recurso para el tratamiento del dolor crónico.
Aparentemente algunas de las muertes relacionadas con el uso de metadona pueden rastearse a los cuatro millones de recetas que se prescriben cada año en Estados Unidos. Pero según el informe del CDC “los estudios que analizan los datos médicos sugieren que la mayoría de las personas quienes sufrieron una sobredosis de metadona la usaron sin receta médica”.
Y aunque no ha habido un incremento sustancial en el número de recetas para metadona en los siguientes años, la tasa de sobredosis entre 1999 y 2009 se incrementó cerca de seis veces.
La información del CDC no especifica cómo ocurrieron las muertes por sobredosis de metadona, pero se sabe que los opiáceos pueden deprimir las funciones del sistema nervioso central.
Tomar demasiada metadona, o mezclarla con otros depresores del sistema nervioso central como la oxicodona, la hidrocodona o incluso con alcohol, puede detener la respiración.
“(La metadona) actúa de diferente manera dependiendo del organismo de cada persona”, dijo Frieden. “Pueden ingerir una pequeña cantidad, pero podría quedarse en su cuerpo por días y causar serios problemas».
Lo que puede confundir a los pacientes que toman este medicamento es la acción prolongada que tiene en el cuerpo. Esto significa que una vez que la acción que alivia el dolor se desvanece, la droga podría seguir circulando en el organismo. Los pacientes pueden tener problemas cuando ingieren medicamentos con una acción similar en este periodo.
Pero la metadona por sí misma puede ser mortal. Según el informe semanal del CDC (Morbidity and Mortality Weekly Report), la metadona es la única droga causante del 40% de las muertes por uso de opiáceos.
El riesgo de una sobredosis es mayor cuando la metadona es recetada por primera vez, si se incrementa la dosis, o si el médico recientemente cambió la metadona por otro medicamento, según la información para el consumidor sobre el medicamento publicada en el sitio de internet de las Institutos Nacionales de Salud estadounidenses.
La metadona puede deber su estatus como el analgésico preferido debido a que es mucho más barato que otros opiáceos prescritos, según informa Frieden. Pero lo barato no siempre significa que es efectivo.
“Utilizar metadona para aliviar el dolor es egoísta y tonto”, dijo Frieden.
“El costo social de ahorrar uno o dos dólares al comprar una pastilla es demasiado alto”, añadió en términos de muertes, adicciones y otros problemas suscitados por su consumo, sobre los que dijo «son demasiado grandes».
Algunas acciones para solucionar el problema de los opiáceos prescritos se están realizando por algunos estados y que incluye el uso de programas monitoreo para el uso de medicamentos prescritos.
Y este deber también está en manos de los médicos, según dice el informe más reciente de Vital Signs de la CDC.
“Los proveedores deberían utilizar la metadona como un analgésico solo para condiciones en donde los beneficios sean mayores que los riesgos para el paciente y la sociedad”, reza el informe. “La metadona, así como otros opiáceos de liberación prolongada no deben utilizarse para tratar dolores moderados, agudos, penetrantes o como un medicamento de uso regular”.
Fuente: http://mexico.cnn.com/