Salvador Dalí fue uno de los pintores surrealistas mas polémicos de la historia. Una de las grandes influencias de su obra fuela «mantis religiosa».
La obsesión de Dalí y muchos otros pintores con este insecto, radica en uno de sus supuestos ritos, donde la hembra después de copular, devora al macho; lo cual para estos famosos artistas reflejaba un apetito sexual desmedido y la bandera del feminismo. Sin embargo, la mantis no siempre devora al macho…. Se piensa que cuando lo hace, su intención es intensificar su vigor sexual, ya que, al devorarle la cabeza, la secreción de esperma del macho se hace mayor.
El nombre tan particular de estos insectos viene de sus largas patas, las cuales sugieren la posición de estar rezando y, a pesar de tener dos ojos grandes visibles, las mantis, tienen tres más entre los ojos grandes, y ya que su cabeza gira 180 grados, puede prácticamente ver lo que tienen completamente a su alrededor.
Son expertas en el arte del camuflaje, por ello predominan en color verde y marrón que, por lo general, son los colores de las plantas que habitan. Su método de caza es la sorpresa y en sus patas tienen una serie de espinas que les sirven como tenedores para mantener a la presa en su lugar mientras la devoran.
La mantis se alimenta de cualquier insecto que sea de menor tamaño que ella, desde cucarachas, las cuales, por cierto, son básicamente primas hermanas de las mantis, hasta polillas. Esta es una de las magníficas razones por las cueles estos insectos son tan importantes para el medio ambiente pues, mantienen en control los insectos nocivos para campos, cultivos y jardines; además, muchas mantis llegan a consumir ratones, lo cual mantienen a la población de roedores bajo control.
Voraces, excelentes cazadoras y muy rápidas, las mantis religiosas son más que las musas inspiradoras de pintores como Dalí, su labor manteniendo el equilibrio del medio ambiente las hace reinas ecológicas y, por ello, debemos respetarles y cuidarles.
Fuente: http://es-us.mujer.yahoo.com