Es probable que si en el mostrador de pre-embarque le preguntan si prefiere ventanilla o pasillo responda la primera opción. Al fin y al cabo: ver las luces de la ciudad, los campos y las montañas durante los primeros y últimos veinte minutos del vuelo resulta divertido a la par que instructivo.
Ahora bien, ¿qué sucede en las horas de en medio, sobre todo cuando se trata de vuelos de larga distancia?
Sucede que los pasajeros sentados junto a la ventanilla tienen el doble de posibilidades de sufrir trombosis de vuelo (afección conocida como “síndrome de clase turista”) que los que se están sentados junto al pasillo. ¿La razón? Éstos se levantan más a menudo para ir al baño o darse un paseo, y lo hacen por un motivo muy evidente: no tienen que molestar a nadie para levantarse, según concluye un informe del Colegio de Médicos Coronarios de Estados Unidos recientemente difundido.
Curiosamente, el informe en cuestión tira por tierra el propio concepto de “síndrome de clase turista”: “Viajar en clase turista no incrementa el riesgo de desarrollar un trombo, ni siquiera en vuelos de larga distancia; sin embargo, permanecer inmóvil durante largos períodos sí lo hace”. Los otros factores de riesgo descritos por los galenos son el uso de píldoras anticonceptivas, embarazo y edad avanzada del viajero.
La trombosis de vuelo no es tan infrecuente como pudiera parecer: un estudio alemán realizado entre 900 pasajeros frente a otras tantas personas que no viajaron, estimó en un 3% la incidencia del llamado síndrome de clase turista (que, como vimos, afecta por igual a los viajeros en clase preferente).
Eso en caso de que todo vaya bien y el avión llegue enterito a su destino. En caso de que vengan mal dadas, el asiento con vistas al cielo tampoco es el más adecuado. Popular Mechanics llevó a cabo un amplio repaso a las estadísticas de accidentes de aviación en aerolíneas estadounidenses entre 1971 y 2007 para concluir que los pasajeros sentados junto al pasillo tenían una tasa de supervivencia en caso de accidente del 64%. Por su parte, sus “afortunados” vecinos que madrugaron más y pillaron ventanilla sobrevivieron en un 58% de los casos.
De cualquier manera, con accidente o no, el peor asiento de todos es el legendario 29E.
Fuente: http://www.cookingideas.es