Los chicos necesitan de reglas y figuras de autoridad que las hagan cumplir, esto genera estabilidad en su vida y creciendo con noción de los límites, lo bueno y lo malo. Por otro lado, como nenes, son muy vulnerables y la disciplina mal llevada puede dejar marcas irreversibles para toda su vida.
¿Qué debe tener en cuenta un buen padre para no ser demasiado permisivo ni un tirano total? Acá una guía.
No a los golpes: Evitá a toda costa la violencia física; lo único que provocas es miedo, no respeto; sin contar el resentimiento que experimenta un chico al ser golpeado por sus padres, las personas que más deberían cuidarlo en el mundo. Por otro lado, es perpetuar una cadena de violencia, pues es probable que ellos, de grandes, hagan lo mismo con sus hijos.
No al abuso verbal: ¡Cuidado! Las palabras pueden ser tan hirientes como los golpes, a veces aún más, sacar tu frustración cuando tus hijos se equivocan, es algo que sin duda traerá consecuencias terribles en su autoestima. Si lo estás regañando por romper algo, enfócate en el hecho, no le digas, por ejemplo, que es un tonto, o que es igualito a padre -con el que estás enojada-, o que te tiene harta.
No al mismo castigo: Si siempre que hace algo lo mandas al rincón, independientemente de la gravedad del asunto, el castigo pierde su efecto.
No los castigues con quehaceres: Si lo reprendés poniéndolo a lavar los platos, a barrer o a limpiar su cuarto, relacionará estos quehaceres con algo negativo; una mala idea si lo que quieres es hacer que sean responsables y ayuden con gusto.
No te dejes manipular: Muchos niños utilizan los berrinches como una manera efectiva de conseguir lo que quieren, ya sea porque los papás no resisten las lágrimas de su hijo -aunque sean de cocodrilo- o porque no encuentran otra forma de calmar sus rabietas que dándoles lo que piden. Si haces esto, ¡cuidado! estás reforzando un mal comportamiento. Lo ideal es ignorarlos, aunque te cueste, verás que es lo más efectivo y dejará de hacerlo pronto.
No son «iguales»: Por lo menos no en autoridad, él debe comprender esto. Es probable que en algún momento intente ponerse al tú por tú contigo, desafiándote; plántate firme, si tú eres más débil que él, terminará por dominarte pronto, en perjuicio de él mismo, pues un niño sin estructura suele vivir bajo mucho estrés.
No seas permisivo: Una cosa es dejarlos expresarse y mostrar su personalidad y otra muy distinta dejar que hagan todo sin límites. Esas «niñadas» que a ti te parecen muy cómicas pueden ser una molestia terrible cuando estás en casas ajenas o en un lugar público. Además, no creas que le estás haciendo un favor, esto le acarreará tremendos problemas en el futuro.
Sí reprendelo en privado: No lo humilles, incluso para alguien pequeño es vergonzoso ser reprendido en público. Llévalo aparte y habla con él de forma firme, si el momento no es propicio, dile que lo hablarán más tarde… y cúmplelo.
Sí a personalizar: Cada persona es diferente y hay algunos más sensibles que otros; incluso entre hermanos, ten en cuenta su personalidad, hay quien con una simple explicación entiende y corrige su comportamiento y hay quien eso apenas si le hace cosquillas.
Sí a explicarle el por qué del castigo: Si quieres que tenga algún efecto el castigo que aplicas tienes que explicarle por qué su comportamiento fue malo y que eso tiene consecuencias negativas para él. Así podrá entender bien la lógica de «causa y efecto».
Sí a cumplir tu palabra: ¿Qué credibilidad puedes tener si después de imponer un regaño te haces de la vista gorda y dejas que haga lo que quiera? Si, por ejemplo, le quitaste un privilegio por 1 semana, respeta el plazo, aún si se porta bien en ese periodo.
Sí a retirarles privilegios: La televisión, la computadora, el celular, los videojuegos, etc. son privilegios y es justo lo que puedes retirar cuando quieres reprenderlos; por otro lado, aún cuando no estén castigados, establece límites con su uso.
Fuente: http://ar.mujer.yahoo.com