Educar a los hijos y prepararlos para afrontar la vida no es una tarea sencilla. Aprender a poner límites y establecer reglas claras parece ser sólo una parte del desafío que enfrentan.
Infobae América contactó a dos médicas psicoanalistas especialistas en niños y adolescentes, Felisa L. de Widder (en adelante, FLW) y Claudia Amburgo de Rabinovich (en adelante, CAR), quienes formularon diez consejos que no pueden pasarse por alto a la hora de preparar a nuestros hijos para el futuro.
1.- Diálogo sincero
Es importante que ambos padres estén presentes en la crianza a través del diálogo y el juego. De ese modo se brinda a los niños el sostén necesario para que ganen confianza en sí mismos y en sus mayores. También para atravesar las diferentes etapas evolutivas (destete, deambulación, control de esfínteres, adaptación al jardín maternal, etc.) y sus primeros aprendizajes, sin temor al abandono.
La charla en familia es fundamental porque los hijos imitan conductas de sus padres, y esto los lleva a abrirse y a contar sus cosas. Los niños ven y oyen más de lo que los padres creen y están atentos a lo que les sucede emocionalmente a éstos y a sus hermanos. Muchas veces llaman la atención a través de cambios de carácter o de hábitos, como una forma de preguntar sobre lo que sucede (duelos, peleas de los padres o problemas financieros). Ambas expertas coincidieron en la importancia de consejo.
2.- Reconocimiento de las diferencias de autoridad
No equivale al autoritarismo. Se refiere a la asimetría entre padres e hijos, a no perder el rol paterno o materno ni hacerse amigos de los hijos. También a la importancia de los acuerdos entre ambos adultos respecto a la educación de los chicos y a los límites que hay que imponerles para evitar la fuerte tendencia al «todo ya», es decir, a la imperiosidad en las demandas. (FLW)
3.- Distinguir necesidades de caprichos
Es importante que los padres puedan discriminar cuándo un pedido debe ser satisfecho de manera inmediata y cuándo puede ser dejado para más adelante, ya que la capacidad de postergación y la frustración concomitante son muchas veces el motor para el desarrollo de nuevos recursos creativos a fin de obtener lo que desean. (FLW)
4.- Encuentros familiares
Organizar una cita diaria en algún momento del día donde todos puedan encontrarse y comentar sus cosas. Allí deben contestarse las preguntas infantiles atendiendo a la curiosidad propia de la edad. Si ellos interrogan, es conveniente responder todas sus dudas. Cuando lleguen a la preadolescencia no omitir hablarles sobre sexo, drogas, homosexualidad u homoparentalidad, siempre en el marco del diálogo y la comprensión. (FLW)
5.- Poner límites
Aprender a decirles «no» cuando sea necesario e incluir pautas de disciplina desde pequeños, como estipular el horario en el que hay que dormir, comer, jugar, navegar en Internet o ver televisión. Aunque los niños protesten y se opongan a las reglas, se sienten tenidos en cuenta y, en general, se tranquilizan si uno les explica con firmeza las decisiones tomadas. (CAR)
6.- No compartir la cama ni la habitación
El tiempo que uno no pasa con los hijos durante el día no se recupera durmiendo con ellos. Por el contrario, los confunde, les genera gran ansiedad y los perturba en su concentración. Este es, además, un hábito que suele indicar un problema en la pareja. (CAR)
7.- Dedicarles tiempo
Organizar actividades y salidas en familia los fines de semana, feriados, etc. Los juegos entre padres e hijos proporcionan el aprendizaje del tiempo de espera y de la frustración necesaria para «bajar» la omnipotencia (aguardar su turno para mover una ficha o perder el juego, por ejemplo). (CAR)
8.- Decir la verdad de acuerdo a la edad del niño
Hay que evitar brindar detalles innecesarios, pero es fundamental que seamos adultos confiables. Sexualidad y muerte son temas que importan a los niños y angustian a los padres. Además, hay que respetar la individualidad de cada hijo y evitar las comparaciones con sus hermanos o amigos.(CAR)
9.- Evitar el stress infantil
No es bueno que nuestros hijos estén hiperestimulados con muchas actividades diarias después de clase, sobre todo los que cursan doble jornada escolar. Deben también tener tiempo para el ocio, para descansar, jugar con amigos y tomar la merienda. (CAR)
10.- Premios y «castigos»
Se recomienda hablar de actos y consecuencias. Los premios deben otorgarse en función de los logros y de los esfuerzos del menor. A veces hay que imponerles algún «castigo» que debe ser breve, cumplible, explicado y respetado por ambos padres. (CAR)
Fuente: http://america.infobae.com/