Hay mucha gente que no sabe cómo vivir sin pareja. Va encadenando un novio tras otro, sin dar espacio a algunos meses de soledad o al tiempo necesario entre una relación y otra para volver a uno mismo, repasar lo vivido, metabolizarlo, y preparar cuerpo y alma para ser dos otra vez.
El temor a estar solo, a no saber sostener una agenda impar, es más que frecuente. Y la sociedad mira mal, muchas veces, a quienes están solas (porque, además, estar «sola» es no tener pareja). La soledad, en el caso de la mujer, es «de hombres». Está estigmatizado (o supone alguna falla o problema) estar soltera.
Error. Para muchas, es una elección. Cada vez más mujeres avanzan en su autosuficiencia y saben estar solas y se sienten bien acompañadas por sí mismas. Además, estar soltera tiene muchas ventajas.
* Tenés tiempo para vos misma. Cuando tenés que alternar amigas, novio, trabajo y demás, los espacios para vos quedan arrinconados y postergados (para siempre). Estar un tiempo sola te permite planificar una agenda de cosas que te gusten, de proyectos pendientes, de ratos de soledad para hacer lo que se te canta: tirarte a mirar tele, pasar varias horas en el gym, hacer un curso de lo que sea, pasar mil horas con amigas… Ponerte tu peor y más amado pijama, embadurnarte la cara con una apestosa mascarilla y atarte un rodete en el pelo mientras te bajás, sin culpa, medio kilo de helado. Ni hablar de no depilarse por algunas semanas… ¿No está tan mal, no?
* Saltearte el finde: muchos sábado no tenemos ganas de salir. Nos encantaría alquilar un peli, ver tele o simplemente quedarnos en casa ordenando rincones o revisando recuerdos. Estando en pareja, un finde casa suena a bajón: cero onda. Estando soltera podés convertir el sábado en una noche para vos.
* Auto-erotismo y auto-mimo: las mujeres tenemos la costumbre de arreglarnos para otro. Para un hombre, para «competir» con otras mujeres, etc. Estando sola, podés experimentar la placentera novedad de arreglarte para vos, de ponerte linda porque te querés, porque te gustás. Y hasta explorar cosas nuevas: no tenés que agradar a nadie, ni adecuarte a los gustos de nadie. Tenés que gustarte vos, que no es poco. Cuando juegues con eso y te amigues con esa imagen que te devuelve el espejo, estarás mucho más segura de vos misma.
A nivel sexual, también hay muchas cosas por explorar. Masturbación no es una mala palabra, y hay países en donde celebran el día del autoplacer.
* Armá los planes que quieras. Ya no necesitás consenso para ir a ver esa película que tanto te seduce ni acordar un restaurante y un paseo el domingo a la tarde. Armá tu agenda, invitá a amigas o compañeros que compartan tus intereses y disfrutá, sin depender de nadie. Salir sola de tanto en tanto también puede ser un excelente plan.
* Vacaciones a tu medida: viajar sola tiene muchas virtudes.
Además, si te creés un bicho raro, olvidate: la mitad de los porteños no tienen pareja.
Fuente: http://www.entremujeres.com