Según un informe reciente de la Fiscalía de Medio Ambiente, los responsables de los incendios forestales provocados llamados «sin sentido» suelen ser personas de entre 36 y 46 años, con mal rendimiento escolar, sin pareja, que están en paro u ocupan puestos en sectores como la construcción o la administración. Suelen ayudar en las labores de extinción del incendio que han provocado si éste se produce al anochecer. Normalmente no conocen al propietario del terreno incendiado ni mantienen relación alguna con él. Durante su detención, se muestran asustados o nerviosos, y terminan por declararse responsables del fuego y del incendio.
Si el incendio tiene lugar a la luz del día, prenden más de un foco. Normalmente estos pirómanos presentan problemas de salud y han estado en tratamiento psicológico o psiquiátrico.
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