El dictador Adolf Hitler intervino personalmente para proteger a un jurista judío y facilitó en parte que sobreviviera al aparato de exterminio nazi que había creado, según un sorprendente informe publicado por el diario judío de Alemania Jewish Voice from Germany.
Ernst Hess (1890-1983), un juez de primera instancia de la ciudad de Düsseldorf, había sido un superior de Hitler durante la Primera Guerra Mundial. Esa relación le permitió ser inmune durante los primeros años del Nazismo e incluso de la Segunda Guerra gracias a una orden directa del dictador.
El informe se basa en un documento encontrado por la historiadora Susanne Mauss el año pasado en los archivos regionales de la provincia de Renania del Norte-Westfalia, en el oeste de Alemania.
Se trata de carta fechada en agosto de 1940, en la que el jefe de la SS Heinrich Himmler ordena a las autoridades que Hess «no sea importunado en ningún sentido por deseo expreso del ‘Führer'».
«Hess tuvo la suerte de ser personalmente ‘perdonado’ por el genocida Hitler, cuyos funcionarios cumplieron sus órdenes con la misma eficacia que ejecutaban sus decisiones de matar en masa», comenta Mauss en el diario.
Hasta ahora se conocía un único caso de un judío «protegido» por orden del propio Hitler. Eduard Bloch, médico de la madre del dictador, que gozó de inmunidad por orden directa del «Führer» hasta su emigración en 1940.
UN HÉROE DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
La historia de Hess comienza con su actuación en la Primera Guerra, donde fue herido en dos ocasiones. Tras el fin del conflicto, recibió la Cruz de Hierro y en 1934, con los nazis ya en el poder, fue condecorado incluso con la Cruz de Honor de la Gran Guerra.
Con la «arianización» de la sociedad alemana implementada por el régimen nazi tras su llegada al poder en 1933, Hess fue despojado del cargo de juez y se trasladó con su familia a Bozen, en el Tirol Sur. Ya convertido al protestantismo, contactó desde allí a Hitler a través de otro ex combatiente conocido por ambos para pedirle que el régimen dejara de considerarlo judío.
Hitler rechazó el pedido, pero ordenó a Himmler la protección de su antiguo superior e hizo que recibiera un nuevo pasaporte en el que no figuraba su segundo nombre, Israel, que lo delataba como judío.
Sin embargo, tras la llamada «italianización» del Tirol Sur acordada entre Hitler y Mussolini, la familia Hess regresó en 1939 a Alemania y se instaló en el pueblo bávaro de Unterwössen.
CAMPO DE CONCENTRACIÓN
Dos años más tarde, Hess recibió la noticia de que ya no contaba con la protección del dictador y fue trasladado a un campo de concentración cercano a Múnich, donde sobrevivió cumpliendo trabajos forzados.
Según la historiadora Mauss, el jurista se salvó de la deportación y el asesinato gracias a su matrimonio mixto con su mujer Margarethe, que no era judía. También la hija de ambos, Ursula, fue forzada a trabajar en una compañía eléctrica y hoy sigue viviendo en Alemania con 86 años.
Sin embargo, tanto la madre como la hermana de Hess fueron deportadas. La madre logró huir a Suiza en las últimas semanas de la guerra, pero la hermana fue ejecutada en el campo de concentración de Auschwitz.