Los tentáculos de Google se extienden a lo largo y ancho de toda la internet ¿Es posible navegar sin que lo note el gigante buscador? Tres expertos en tecnología lo intentaron y explicaron a BBC sus experiencias.
Tom Henderson dice que pasa «demasiado tiempo conectado». Director general de la compañía tecnológica Extreme Labs en Indiana, Estados Unidos, Henderson dice que a menudo se queda hasta tarde trabajando para sus clientes, pero también disfruta explorando la inmensidad de la red.
Sin embargo, cuando Google anunció a principios de este año que unificaría las políticas de privacidad de sus distintos productos (incluyendo YouTube, Blogger y Gmail), Henderson decidió hallar la forma de navegar sin depender del buscador.
Una vez tomada la decisión escribió un manifiesto llamado «Cómo me divorcié de Google» y se dispuso a iniciar su ruptura.
Pérdida de privacidad
Los términos de servicio de Google establecen que la información que recolecta se utiliza para mejorar la experiencia de búsqueda y la firma también promete compartir la información únicamente en determinadas circunstancias, a no ser que los usuarios den su consentimiento.
Sin embargo, Henderson no confía en que tal cantidad de información no termine cayendo en las manos equivocadas.
«Google no está sujeto a auditorías sobre sus prácticas», explicó, «no están diciendo si venden esta información a las compañías de seguros o a gente que quiere venderte cosas o a gente que no te gusta nada en absoluto».
Así que empezó a vivir una vida sin Google.
Aunque Henderson echó de menos YouTube, pidió a su hijo músico que pusiera sus videos en Vimeo. Utiliza MapQuest para encontrar direcciones en lugar de Google Maps y una plataforma llamada Duck Duck Go como motor de búsqueda, ya que este buscador fue diseñado precisamente para proteger la privacidad del usuario.
Misión imposible
Henderson no es la primera persona que intenta abandonar Google por el miedo a que se vea afectada su privacidad, pero sí es una de las personas que más ha durado en el intento.
«Después de un mes decidí que era una misión imposible», cuenta por su parte Benjamin Ellis, experto en tecnología de Surrey, en Reino Unido.
En 2009 traté de dejar Google después de que un amigo alzara su teléfono Google para tomar una foto que probablemente terminaría en una página de Google, indexada por los robots del buscador de Google, publicada en blogs de Google, con publicidad de Google y vista con sistemas operativos probablemente desarrollados por Google».
«Me di cuenta rápidamente de que tenías que irte a los extremos para evitar interactuar con Google», explicó.
Descubrió que su divorcio iba bien cuando todo era cuestión de dejar de ver videos de Youtube o usar el buscador. Pero Google plantaba en su sistema «cookies» de seguimiento cada vez que visitaba páginas que usan el AdSense, un dispositivo desarrollado por el buscador que recopila sus preferencias personales para adaptar publicidad.
Ellis también estaba expuesto a los cookies vía Google SafeBrowsing, un producto que vigila a aquellas páginas sospechosas de tener códigos maliciosos. Este programa ahora se usa también en Safari y Firefox, así como Google Chrome.
«Fue difícil hallar algo que no usara nada de esto. Es un trozo enorme de la internet», asegura.
Aunque Henderson usa bloqueadores para evitar que Google rastree sus búsquedas, Ellis decidió usar de nuevo los productos del buscador, eso sí, se ha vuelto más cuidadoso con su configuración de privacidad y los tipos de programa a los que permite entregar datos.
De anti-Google a Google-fanático
Sin embargo, en algunos casos, aquellos que tratan de divorciarse de Google terminan contrayendo segundas nupcias.
Joe Wilcox, editor de la página de internet de tecnología BetaNews, empezó a preocuparse por su privacidad en 2011, así que trató de salirse de Google durante al menos una semana.
«Me fue tan mal que me fui al otro lado, ahora soy un fanático de Google», explica.
Wilcox dice que el tamaño y el alcance de Google han contribuido a su innovación. «Están mejorando constantemente sus servicios y haciéndolos mejores. Me gusta este estilo de vida», asegura.
No le preocupa el cache de datos que Google recopila porque, según él, «no hay evidencias de que están abusando de tu privacidad» y añade que servicios como el sistema predictivo Google Now facilitan la navegación.
Google Now usa datos personales e información GPS para determinar las rutinas y preferencias del usuario. Así los usuarios de teléfonos Android pueden obtener actualizaciones de tráfico, alertas sobre el tiempo y recomendaciones de restaurantes.
«No toma tu información y la usa de mala forma, la toma y hace que tu experiencia sea mejor», insiste Wilcox.
En la era digital, apunta, hay muy poca privacidad. Esto significa, dice Wilcox, que prefiere lidiar con una gran y visible compañía como Google que otras entidades desconocidas.
Finalmente, en un comunicado un portavoz de Google dijo: «no vendemos la información personal de Google. No es así como funcionamos».
Fuente: http://www.bbc.co.uk/