Llegados a un punto en el que tu relación se vuelve destructiva hay que poner las cartas sobre la mesa, pero ¿cómo dejar a la persona que quieres? ¿Es necesario hacerlo?
¿Cómo darnos cuenta de que no podemos vivir en una situación así y que se deben tomar las medidas necesarias para acabar con ello? Cuando hablo de acabar no me refiero a cortar con la persona a la que amamos, sino con el momento en el que vivimos. No se puede estar continuamente sufriendo, ni en pareja ni por haberlo dejado con ella, por eso mi primera opción es acudir a un especialista (ambos), sea un psicólogo o sexólogo, que nos ayude a reconstruir los pilares básicos en los que se alzaba la relación.
No siempre es fácil, de hecho, para muchas personas el hecho de ir a terapia les suena a ir al ‘loquero’ y no es así. Es difícil ayudar a personas que no quieren ser ayudadas por lo que el segundo paso, en caso de no querer recibir el apoyo de un profesional, es encargargarte tú mismo de la situación cogiendo al toro por los cuernos.
Ser más egoísta
En este momento debes estar rodeado de las personas que te quieren: familia, amigos o profesores serán quienes te puedan acompañar en labatalla contra la enfermedad del amor, pero sólo tú tienes el antídoto para fulminarla. No vale que todo el mundo te haga ver tu situación si mantienes la venda sobre los ojos. Vivimos para ser felices y el sexo o el amor deben formar parte de esa vida.
Parece que siempre tenemos que mirar por y para los demás, pero en determinados aspectos, debemos ser más egoístas. Si no nos queremos a nosotros mismos, no podemos querer a los demás. Esta segunda fase comienza por adorar cada segundo de nuestro día que pasamos sin la amenaza del otro, sin el sentimiento de culpabilidad o sin la impotencia del no comprender qué hacemos mal para que el otro se comporte así con nosotros.
Quererse a uno mismo
Una vez hayamos aprendido a querernos y valorarnos, tenemos que salir al mundo y dar a conocer a la nueva persona que somos. Sin ataduras y sin miedos, estamos más abiertos a socializarnos y aprender de un mundo con personas que nos ofrecen amor y cariño sin necesidad de pedir nada a cambio. Hay que mantener la mente ocupada.
El trabajo, el deporte o hacer un viaje serán nuestros aliados para que por nuestro pensamiento no se nos pase la idea de llamar al ex. Es imprescindible desterrar de toda comunicación al que ha sido nuestra pareja, al menos durante el llamado ‘tiempo de luto’, ya que las posibilidades de caer de nuevo en sus redes son enormes.
¿Cómo se lo decimos?
Claro, sencillo y conciso, como las tres reglas del periodismo. Eso sí, en un lugar público y siempre acompañados de una persona de confianza en el caso de que la situación se nos pueda ir de las manos. Nunca hables de terceras personas, no digas que quieres un tiempo (ya que quieres romper del todo) y, sobre todo y por muy cruel que hayan sido contigo, no seas cruel.
Parece fácil escribirlo, pero estas situaciones son las más complicadas del amor. La verdad es que tengo muchas personas que han pasado por este tipo de ‘relaciones tóxicas’ y cuando han salido de ellas son otras personas. De hecho, se podían considerar personas, ya que antes estaban anuladas ante sí mismas y ante la sociedad. Seas hombre o mujer, no permitas que nadie te aparte de ti mismo, de tu familia o de tus amigos y vive para ser feliz.
Fuente: http://www.gonzoo.com