Hay mucho amor, se conocen desde hace tiempo, saben cómo es uno y cómo es el otro pero, de pronto, la rutina los aburrió y provocó una pérdida de interés. Casi sin buscarlo, apareció el engaño, el huir hacia un nuevo lugar, pero sin perder lo ya conocido. Ir y volver se convierte en una nueva rutina hasta que el otro descubre la traición. ¿Cómo seguir después de eso? Muchos apuestan a la pareja, otros terminan rompiendo el vínculo, no pueden soportar el fantasma del engaño. Si deciden seguir apostando a la relación y se perdonan, quizás una de las tareas más difíciles es volver a tener relaciones sexuales. Y ahí llega el problema: el cuerpo no siente lo mismo que lo que quieren decir las palabras.
“Una pareja que atravesó un engaño y apuesta a continuar sabe que deberá atravesar un camino con inseguridades, dudas, dolor y estado de desconfianza por el temor a que se vuelva a repetir”, explica el sexólogo y psiquiatra Walter Ghedin, que acaba de publicar el libro “Amores ansiosos y otras cuestiones del amor”.
Las fantasías sobre los encuentros sexuales fuera del hogar con el o la amante podrán aparecer una y otra vez y generar peleas, discusiones, inseguridades y nada de placer a la hora de tener un encuentro íntimo. “Las respuestas al engaño amoroso y la infidelidad son sumamente variadas. Hay que considerar si el engaño es puramente sexual, cuántas veces lo fue, o si también conlleva la existencia de un vínculo amoroso porque mientras, a veces, coexisten el amor y el sexo, en otras sólo se trata de sexo”, suma el psicoanalista Ricardo Rubinstein, miembro de la Asociación Psiconalítica Argentina.
El otro pasa a ser un extraño: preguntarse quién es y quién soy es una de las dudas más comunes. “La persona engañada siente extrañeza por su compañero desleal, pero también la extiende hacia sí misma. Y es allí donde asienta el núcleo del dolor: en la autocrítica, en la devaluación personal, en el autoreproche por haber sido tan crédula/o, confiada/o, complaciente”, continúa Ghedin.
Aun cuando la situación sea vivida como muy cruel, también influye la cultura. Y lo que sucedía en la pareja antes del engaño. Si el vínculo ya estaba en crisis, si ya había peleas y frustraciones, es probable que con el engaño todo eso salga a la luz y no haya vuelta atrás, pero también hay que saber que “si ocurre luego de situaciones que implican vivencias de exclusión (con hijos, con el trabajo), de pérdida (muertes, pérdidas laborales o económicas), se refieren a la búsqueda de compensaciones vitales”, apunta Rubinstein.
En “La dama y el perrito”, de Chejov, los dos amantes se encuentran en la playa todos los veranos y, mientras sus familias siguen con la rutina, ellos se aman cada vez más. La interpretación del final queda para cada uno, pero en el relato pueden verse cómo el amor de amantes también puede ser tan sensacional como el de la pareja si la rutina se rompiera.
Esto no quiere decir que haya justificaciones. Cada uno debe decidir cómo seguir, sin temerle al futuro. Quizás entendiendo bien qué razones hubo detrás, se pueda comprender qué se juega en la situación y superarla. “Cuando fue sentido como una pérdida de amor, la distancia posterior será mayor que si fue algo puramente sexual. Y en la cama puede haber desde frialdad hasta hostilidad. Lleva generalmente un cierto tiempo, dependiendo de cada pareja. Suele ser paulatino, pasando por momentos donde coexisten la bronca, la necesidad y el deseo”, explica Rubinstein. Hay que ver qué se juega, si es desilusión, sí afectó el amor propio, el orgullo, si fue sentido como un ataque o si se vulneró la sensación de unidad, se puso en juego el sentimiento de posesión, o se trató de una venganza. La cuestión es volver a confiar. “La confianza es el sentimiento más esquivo. Pasará mucho tiempo para volver a creer”, advierte Ghedin.
Claves para recomponer la pareja
* Después de la traición, hay una gran necesidad de saber. “Se atan miles de cabos, generando un discurso que tiene mucho de obsesión y poco aporta de claridad”,agrega Walter Ghedin. Si se logra pasar esta etapa y llegar al diálogo, se podrá entender más lo que sentimos.
* El poder volver a confiar, especialmente, en la cama “dependerá de cómo se integre al erotismo de la pareja la agresividad que el engaño ha generado, como también en poder integrar esfuerzos por modificar y/o explorar más fuentes de placer en ese vínculo”, explica Ricardo Rubinstein.
Fuente: http://www.entremujeres.com