«Te asustan y mucho, porque ves algo desconocido», dice a Perfil.com sobre sobre las apariciones de duendes Liliana Chelli, quien se define como «duendóloga» y se dedica a investigar todo lo relacionado con estos particulares seres desde hace 30 años.
Es que ante la presunta aparición de un duende en Catamarca, cuando un hombre se alejó de sus compañeros de trabajo por un rato al costado de una ruta en la localidad de Tinogasta, se abrió el interrogante. ¿Es posible que aparezcan duendes? ¿Cuánto hay de mito, de creencia o de esoterismo?
«Durante mis más de 30 años de carrera me han llegado casos de personas que me relatan cómo les aparecieron duendes de todo el país. En algunos lugares los llaman ’duendes’, otros ’gnomos’, en el norte hablan de los ’sombrerudos’ y en el litoral circula la historia de los ’pomberos’», relata Chelli.
«Generalmente estas apariciones se manifiestan en lugares tranquilos, con poca población. No vamos a ver un duende en la calle Florida», agrega entre risas.
«En mis años de trabajo me han llegado a contar historias de duendes hasta las personas más escépticas. La verdad es que se acepta más popularmente cuando alguien cuenta que vio a una virgen llorar, por ejemplo, pero estas apariciones se dan», enfatiza.
Chelli tiene un lugar especialmente dedicado a los duendes: «Es mi aldea, tengo cosas generalmente vinculadas con ellos como calderos, lianas, sombreros y objetos característicos».
La «duendóloga» siempre aclara que las apariciones «se dan para ayudar a las personas», porque, según su visión, los duendes son «seres que vienen a ayudar».
Chelli también aconseja a las personas que crean haber visto un duende: «No hay que tenerles miedo, generalmente traen bienestar material. En muchos lugares la gente les deja ofrendas, como chocolates o cigarrillos. Hay que tener en cuenta que cada vez van a aparecer más, por el cambio de vibración que vive el mundo».
Fuente: http://www.perfil.com/