Las piernas están para mostrarse, eso ya lo sabemos, pero cuando tenemos várices o arañitas, intentamos taparlas de cualquier manera. «Las várices son dilataciones venosas que se caracterizan por la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón, lo que también se conoce como insuficiencia venosa. Las más habituales son las de los miembros inferiores, pero también pueden aparecer en la cara, panza, brazos o espalda», informa el cirujano cardiovascular Jorge Gustavo Hiriart, que tiene una larga trayectoria tratando esta enfermedad, y agrega que se forman cuando las válvulas venosas no cierran bien, entonces la sangre comienza a acumularse en las venas, haciendo que se dilaten.
Las várices afectan a más mujeres que hombres, pero ellos no están exentos de esta enfermedad. Hiriart explica que las várices más comunes son las superficiales, las llamadas «arañitas» (aunque su nombre científico es bastante más difícil: telangiectasias), pero también existe la insuficiencia venosa profunda que a simple vista no se ve, es decir, no aparecen várices de inmediato, sino que pueden salir más adelante. «Los síntomas de la insuficiencia venosa profunda son: piernas cansadas, inquietas (no saber qué hacer con ellas, moverlas constantemente) y picazón», aclara Hiriart.
Si bien hay más probabilidades de que las várices aparezcan por herencia, también hay factores que influyen en su aparición:
– Obesidad: unas piernas de contextura gruesa requieren mayor aporte sanguíneo por parte de las arterias, que luego tiene que ser drenado por las venas, lo que favorece la sobrecarga de estas y el fallo precoz.
– Anticonceptivos: aunque en la actualidad tienen bajas dosis de estrógeno, provocan retención de líquidos y también favorecen, de forma específica, el fallo de las válvulas de las venas reticulares.
– Sedentarismo: lo que impulsa el retorno venoso son los músculos de las piernas, si una persona no realiza ejercicio, los músculos no se contraen, entonces favorece el estancamiento de sangre y una mayor carga valvular, lo que favorece la aparición de más várices. «Recomiendo deportes que tengan bajo impacto: la natación es el mejor de todos, pero también es buena la caminata y la bicicleta», informa el doctor Hiriart.
– Estar de pie mucho tiempo: el sistema de retorno debe trabajar siempre en contra de la gravedad, por eso es aconsejable levantar las piernas y mantenerlas en alto (de vez en cuando) durante la jornada laboral. El doctor aconseja usar tacos de entre 3 y 4 centímetros, no muy chatos por el alto impacto que tienen, ni tampoco altísimos.
Tratamientos para curarlas
«Las várices del sistema venoso superficial (arañitas) las tratamos con escleroterapia, que es una inyección con una sustancia esclerosante que provoca una fibrosis, una trombosis y por último una reabsorción de la vena. Tiene una efectividad muy buena. Siempre recomiendo comenzar el tratamiento con esta opción porque es accesible – sale aproximadamente 250 pesos por sesión -, y tiene una gran eficacia», dice Hiriart.
Otra posibilidad es el tratamiento con láser. «El láser es bastante eficaz y menos invasivo que la escleroterapia o la extirpación de la vena, pero es más caro, la sesión ronda los 800, 900 pesos», informa. El láser suele ser lo más elegido por las pacientes porque es indoloro, pero el doctor recomienda comenzar el tratamiento con escleroterapia ya que tiene una tasa muy baja de reincidencia.
Fuente: http://ahguapas.infonews.com