En una pava, calentar el agua hasta unos 83 grados. Poner yerba en el mate, un poco menos de 3/4 de la capacidad. Con la mano tapar la boca del mate, darlo vuelta y sacudirlo enérgicamente varias veces. Esto se hace para que la parte más fina de la yerba quede en la superficie y no pase por la bombilla en los primeros mates.
Volver el mate a su verticalidad natural (sí, ¡pararlo de nuevo!). Con el dedo hacer un hueco en uno de los costados, donde se pondrá la bombilla. Echar un chorro de agua en el hueco, despacio.
Tapando la bombilla, introducirla en el hueco hasta que queda enterrada en la yerba.
Fijense que en el lado izquierdo quedó una ’islita’ de yerba sin mojar. Bueno, esta «islita» debe permanecer así, y a medida que vamos cebando vamos incorporando yerba sin mojar al mate, para que no quede tan amargo y dure más.
Ya podemos empezar a cebarlo. El agua se echa sobre la bombilla, despacio y hasta donde querramos, siempre que la «islita» quede seca. ¡Y listo el tema! ya tenés un rico mate para compartir.
Fuente: http://www.acceso365.com/