Nuestro baño está lleno de cremas contra las arrugas, las ojeras, las bolsas, la celulitis; de tratamientos para el cabello seco o teñido, o para reafirmar o hidratar la piel seca… Revisa entonces cuántos productos específicos tienes para humectar y proteger los labios… Seguramente, muchos menos.
El problema es que los labios también van envejeciendo, pero a diferencia de la piel, no existen cremas que puedan frenar este proceso. Por eso, la única manera de mantener su belleza es prevenir, usando siempre protector solar –especialmente en verano– y humectantes específicos en verano e invierno. Y una recomendación importante: no te tientes con «seguir de largo» con tu crema humectante o antiarrugas de rostro, ya que los labios, por ser mucosas, pueden dañarse en profundidad debido a los fuertes ácidos que contienen este tipo de productos.
Lamentablemente, a excepción de los amantes de los deportes al aire libre, no tenemos mucha cultura de cuidar y proteger los labios de los agentes externos como el sol, viento, frío o nieve. En general, acudimos a la consulta del especialista –en este caso, dermatólogo– cuando ya tenemos un problema específico y fuera de control, como un labio partido que se fisuró, sangra y duele.
El mayor envejecimiento de los labios se origina con el daño solar, que puede derivar, incluso, en un cáncer a la zona. Los cambios climáticos, como calor o frío extremos (las temperaturas bajo cero de las últimas semanas son un claro ejemplo), terminan por afectarlos y producen en ellos distintos tipos de daño, según la sensibilidad de cada uno. ¿Los más comunes? Se resecan, resquebrajan, descaman y, en algunos casos, hasta se fisuran. Por ello se recomienda aplicar bálsamos labiales cada 2 horas, de manera de mantener la zona humectada y protegida todo el día.
Historias de seducción
¿Sabias que el primer labial que se conoce fue encontrado en Sumeria, la antigua Babilonia, y tendría una data de más de 5 mil años? Siglos después, sabemos que Cleopatra usaba –en el antiguo Egipto– pigmentos rojos para destacarlos en su bronceada piel, y eran tan importantes que se incluían en los viajes al «más allá» dentro de los sarcófagos… En Grecia perdieron importancia, pero las romanas –gozadoras innatas– los reivindicaron, tanto que las mujeres de las clases altas obligaban a sus esclavas a pintárselos a diario.
Hoy por hoy, cuando se someten a estudio y análisis desde las temáticas más importantes hasta las más curiosas, se ha confirmado algo que las mujeres sabemos hace siglos: los labios influyen decisivamente en la atracción sexual. Esto según una investigación realizada en la Universidad de Louisville, Kentucky, Estados Unidos. De hecho, al sexo masculino le atraerían, principalmente, los labios gruesos y carnosos, ojalá «rojos y cálidos»…
Consejos
• Evita lamerlos, porque la saliva es una enzima poderosa que produce sequedad en los labios.
• Usa un humectante labial para mantener su humedad. En el comercio hay varias alternativas en formato de gel, barras, brillos o labiales.
• La famosa y antiquísima manteca de cacao es una de las mejores alternativas cuando tus labios están descamados.
• Si eres de labios secos, y fumas, entérate que con ello los resecas cada vez más.
Fuente: http://revistamujeres.cl/