Vamos a hablar de los flotadores, salvavidas, flancos o, simplemente, rollitos. Están en el abdomen y la cintura de gran parte de la población, sin importar su edad, su sexo o su estructura física.
Es grasa acumulada que se genera, entre otras cosas, por genética heredada, falta de actividad física apropiada, alimentación hipocalórica o hipercalórica.
La ausencia de ejercicio durante mucho tiempo colabora a que este mal se haga permanente. Y, si bien no es imposible, eliminar los rollitos es complejo. Se necesita tiempo, un trabajo ordenado y, por sobre todas cosas, mucha paciencia.
Lo único que puede salvarnos cuando los salvavidas se hicieron crónicos y la grasa lleva mucho tiempo fijada es trabajar duro. El entrenamiento físico debe sí o sí estar armado, planificado y ordenado en forma precisa.
La idea es sorprender al cuerpo y no darle siempre lo mismo. Es como hacer el amor: lo monótono aburre y cambiás de novio. En el entrenamiento pasa lo mismo: si te aburrís cambiás de gimnasio o de profesor. Para evitarlo, el plan tiene que incluir:
1) Ejercicios aeróbicos
Hay que indagar en distintas velocidades, cargas y pendientes. Evitar que el cuerpo se acostumbre a hacer siempre lo mismo, porque eso aburre y, encima, pierde efecto el entrenamiento. Sugiero jugar con las máquinas probando distintas cosas. Subir pendientes como si estuvieras en una montaña o cambiar las velocidades para que el corazón se ponga más fuerte.
Siempre hay que mantener el ritmo cardiaco de acuerdo a la edad y lo que disponga el médico. A los 20, 30, 40, 50 o 60… No todo es lo mismo. Para cada etapa de la vida corresponde una intensidad de trabajo.
Recomiendo ejercitar en cinta, elíptico y remo. También probar distintas clases: baile, aerobics, aerobox, tae-bo, boot camp, cross training, etc, etc… Todo lo que modifique la frecuencia cardíaca como mínimo 40 minutos.
2) Trabajo con pesas
El éxito para que los rollitos desaparezcan está en entrenar con todo tipo de sobrecargas como máquinas, pesas y bandas. Con bajas cargas, hacer muchas repeticiones. La cantidad depende de cada individuo, ya que el plan deberá adaptarse a cada cuerpo: no todos reaccionan igual a los estímulos.
3) Una buena nutrición
Los rollitos los tienen quienes comen en exceso, porque no queman las calorías consumidas, o los que comen poco, porque eso genera más grasa. El cuerpo toma la falta de alimento como estrés y realiza más reservas como combustible para generar energía. Cuanto menos comemos, más engordamos, por eso las dietas de hambre jamás resultaron.
Si bien hacer abdominales simples y oblicuos (para la derecha e izquierda) sirve para tonificar el músculo, no hace que desaparezca la grasa. El mayor trabajo debe estar en la alimentación. La dieta tiene que ser súper estricta, con las calorías apropiadas.
En síntesis…
La combinación de estos pilares es la única manera de que se vean los cambios. El secreto está en la intensidad de trabajo, seguir planes bien elaborados y tener la voluntad de sacarse los rollitos para siempre.
Por Daniel Tangona, entrenador personal.
Fuente: http://www.entremujeres.com