Los hábitos alimenticios de un adulto son consecuencia de aquellos que se han obtenido desde pequeños en la casa o imitando a los padres. Los niños no pueden elegir qué, cómo y cuánto comer, por lo tanto son los padres los responsables de hacer esas elecciones.
La nutricionista, Carmen Haro del Instituto de Nutrición y Salud Kelloggs (INSK), comparte algunas sugerencias para enseñar hábitos de alimentación saludables a los niños, y ayudar así a que puedan tomar decisiones informadas que los ayuden a tener una mejor calidad de vida cuando crezcan.
Enseñar El Plato del Bien Comer, para que los niños puedan identificar los diferentes grupos de alimentos y la mejor forma de combinarlos. Se debe poner en un lugar visible, para que todos los miembros de la familia puedan asegurarse en cada comida que están incluyendo alimentos de todos los grupos.
Dejar que los niños colaboren con la preparación de la comida, pueden lavar los alimentos, mezclarlos, combinarlos, etc.
Incluir diferentes sabores, colores, texturas y consistencias en los platos, con el fin de estimular las ganas de comer.
Servir la comida en un ambiente tranquilo y relajado, la hora de la comida debe ser siempre un momento agradable.
Comer en familia. Existen diversos estudios que demuestran que los niños que acostumbran comer en familia comen más frutas y verduras, y como resultado obtienen una alimentación adecuada en vitaminas, minerales y fibra.
No utilizar alimentos como premio o castigo.
Servir porciones adecuadas, la porción para un niño no es la misma que para un adulto. Es mejor dejar que pida más.
No encender la televisión mientras se come en familia, esto impedirá una adecuada comunicación. Es mejor aprovechar ese momento para disfrutar en familia y conversar juntos.
Evitar imponer restricciones a la hora de comer que pudieran acomplejar o adquirir una idea distorsionada de los alimentos a los niños.
Planifica con tiempo las compras y menús de la semana.
Fuente: http://vidayestilo.terra.com.ar