Hay muchas situaciones que pueden llevarte a buscar una niñera. Que la tuya haya renunciado es la más urgente, pero no la única. A veces la vida nos cambia: tenemos nuestro primer bebé o se agranda la familia con un segundo o tercer hermano. Y aunque en estos casos tengamos más tiempo para programar entrevistas, pedir recomendaciones y poner a prueba a alguien, no es fácil dar con la persona adecuada para cuidar lo más valioso que tenemos. Esa baby sitter a quien vamos a poder delegarle el cuidado de nuestros chicos con absoluta tranquilidad mientras estamos en la oficina o queremos tomarnos un break siendo amas de casa. Si bien la recomendación de boca en boca todavía se usa, en los tiempos que se viven, rodeados de peligros y alertas, los padres se inclinan por agencias o consultoras especializadas.
«Hoy no hay muchas abuelas disponibles para cuidar a los nietos, o porque son jóvenes y trabajan o porque desean destinar su libertad a cursos, viajes y a una vida social activa. Pero claro, con todas las diferencias que uno pudiera tener con la abuela, a los chicos se los dejábamos con los ojos cerrados. Para los padres resulta fundamental hallar personal calificado que tenga buenos recursos emocionales, vocación y experiencia previa. De esa forma se aseguran que sus hijos van a ser tratados con cariño y con límites firmes pero impuestos desde la delicadeza y el criterio bajado por los padres», dicen Claudia Griffa y María Moyal, psicoanalistas y directoras de la consultora Cuidame Mucho.
Requisitos modernos
La señora que plancha y limpia en casa que luego termina cuidando también a nuestros hijos a medida que nacen, es una tendencia en baja, salvo si la preparamos especialmente. Muchos papás profesionales prefieren dividir el horario de 7 u 8 horas en el que se ausentan de su casa en dos turnos: la señora que viene 4 horas para limpiar y dejar algo cocinado, y la niñera que la releva a la tarde cuando los chicos salen de la escuela. En estos casos buscan baby sitters especializadas y hasta bilingües: «Es que hay un nuevo modelo de padres que maneja mucha información sobre la importancia del juego y la estimulación en los primeros años de vida y buscan personal calificado para tratar con sus hijos. Además, cuando los padres tienen compromisos laborales fuera del hogar, no pueden arriesgarse a enviar a sus chiquitos a los jardines maternales, donde suelen enfermarse frecuentemente con el perjuicio que implica para la salud de los nenes y para la organización familiar, porque terminan pasando más tiempo enfermos que en la guardería. En junio, julio y agosto es cuando hay mayor demanda de baby sitters, porque los chicos faltan al jardín», detalla la Lic. Marisa Russomando, directora de La Cigüeña, consultora en maternidad y en la búsqueda de baby sitters.
Los miedos frecuentes
Cuando es un bebé quien va a quedar a cargo de la niñera, el temor de los padres aumenta. Por su extrema fragilidad y, sobre todo, por su incapacidad de expresarse, de contar si algo sucede. Saben que los chicos más grandes pueden hablar y, llegado el caso, serán capaces de mencionar cualquier conflicto, problema o maltrato que recibieran por parte de la persona que se queda con ellos. Por eso es importante que cuentes con especialistas que entrevisten, hagan test psicotécnicos y corroboren las referencias (para detectar falsas) de las persona a quien le vas a dar la llave de tu casa y la confianza para velar por tus chicos.
Sin embargo, por más referencias y precauciones que se toman, todos los padres y en especial los primerizos tienen sus temores muy claros:
- El robo de bebés
- El maltrato psicológico y físico
- El descuido que ocasionan accidentes domésticos
- La sustracción de bienes de valor que pueda haber en la casa o el pasar información sobre las costumbres de la familiapara facilitar el ingreso de ladrones
Para reducir el miedo, es importante que tu casa sea un lugar ameno y seguro: con tapas en los enchufes, disyuntor cortacorriente eléctrica, trabas en alacenas, cajones e inodoros, cubiertas en las piscinas y puertas en las escaleras. Luego, una vez elegida la acompañante de tus hijos, es bueno que vos y tu pareja se sienten con ella y le den toda la información posible sobre la forma en que quieren que se comporte. Decile todo lo que tenga que saber sobre temas de salud de tu hijo, preferencias a la hora de dormir y entretenerse, ubicación del botiquín de la casa, horarios permitidos de televisión y computadora, zonas de peligro en los ambientes y teléfonos de contacto para hacerles cualquier consulta. También podés acordar con tu niñera qué hacer en caso de que ella esté con tos, refrío o conjuntivitis. Hay quienes prefieren que la empleada falte en esos casos.
Niñera y empleada doméstica
No todos tenemos recursos económicos como para contratar a una niñera exclusiva del cuidado de los chicos y otra persona que realice tareas domésticas. «Yo trabajé muchos años en la Cruz Roja Internacional y después fui mamá. En ese momento me dí cuenta de que la persona que está en tu casa tiene que ser de tu confianza y estar preparada, un combo no tan fácil. Puede ser la señora que conoce tu amiga, pero con el plus que puedas darle vos para quedarte tranquila. Pensando en esto armé un equipo de trabajo compuesto por instructores y capacitadores para dar cursos de perfeccionamiento al personal doméstico», explica Paola Chorna, directora de Maid in Argentina. La propuesta tuvo tan buena repercusión que las mamás y papás se sumaron a los cursos en los que se enseñan temas como: entrenamiento para emergencias y primeros auxilios; juegos de estimulación; técnicas para saber actuar en casos de ermergencia; resucitación para bebés y técnicas de resucitación cardiopulmonar; reducción de riesgo doméstico y de accidentes; seguridad en la manipulación, cocción y almacenamiento de alimentos; cocina de papillas sanas; cocina para freezer y microondas; optimización de los tiempos de limpieza (dictado por la jefa de housekeeping del Hotel Alvear); buenos modales y reglas básicas de ceremonial.
Fuente: http://www.revistamaru.com