Carlos Landívar, el hombre que ayer mató a dos jefes y a un compañero de trabajo, tenía antecedentes violentos. Su ex jefe contó detalles de otro brote de locura que terminó con 10 autos importados destrozados y una escena psicótica
Antes de trabajar en la empresa de transportes en donde ocurrió la tragedia, Landívar había sido empleado de un taller de BMW. Allí también había tenido problemas con los dueños por una deuda y el hecho culminó con otro ataque de furia.
Según cuentan sus ex compañeros, un día llegó a un local de la empresa de automóviles y descargó su “bronca” contra una decena de autos y parte del lugar en donde estaban emplazados los vehículos. Ese mismo día, además, amenazó con una barra de hierro al encargado. “No fue una masacre de casualidad”, dicen los testigos.
Adrián Santos, el ex jefe de Landívar, relató en Radio 10 cómo fueron aquellos hechos: «Un día llegó ebrio después de almorzar, le pedí que se retirara y volviera al otro día, y ahí se puso muy violento».
«Se negó a irse y agarró una barreta y rompió 10 parabrisas y 10 linetas. Fue algo incontrolable, estaba fuera de sí. Además, me tiró a matar, hasta que entre tres o cuatro lo pudimos parar«, recordó el empresario.
Según relató, aquel brote de locura originó una serie de acciones legales que terminaron con la declaración de insanía de Landívar por parte de la ART. Incluso el homicida tuvo otro brote de furia durante una audiencia que debió ser interrumpida por la fuerza policial.
Pero la masacre llegó ayer. Landívar concurrió como lo hacía a menudo a una empresa de transportes ubicada en Bancalari, reclamó una deuda de 100 mil pesos y ante la negativa de sus jefes entró en locura total.
El hecho ocurrió en las primeras horas de la tarde del miércoles. Según relató uno de los empleados, el homicida disparó contra dos de los dueños de la compañía, Marcelo y Gabriel Bascoy, quienes murieron en el acto.
El mismo hombre indicó que luego abrió fuego contra otros empleados: uno de ellos falleció –su nombre es Javier Etcheberri y se desempeñaba como encargado de tránsito– y el otro, rescatado por la policía, está gravemente herido.
Acto seguido, intentó prender fuego la oficina, lo que obligó a algunos trabajadores, entre ellos el que resultó herido, a escapar. Cuando llegó la policía, al verse acorralado, el autor de la masacre se suicidó utilizando la misma arma que había usado para perpetrar la masacre.
José Bascoy, padre de los dueños de la empresa, fue víctima de un secuestro en 2002. Los captores pidieron 100.000 dólares para liberarlo, pero su familia aseguró que no disponía de esa cifra, ya que la empresa se encontraba en concurso de acreedores. Más de una semana después, el hombre fue dejado en libertad sin que mediara ningún rescate.
«Hizo lo que tenía que hacer»
Uno de los nueve hijos de Carlos Landívar se refirió a la tragedia que provocó su padre. «Por tres pesos no iba a hacer lo que hizo. Se cansó de que no le pagaran y dijo basta«, justificó.
Si bien en principio se especuló con que el problema se habría suscitado por una discrepancia en la liquidación del sueldo del homicida, fue su hijo el que confirmó que todo se originó por una supuesta deuda.
Víctor, uno de los hijos de Landívar, aseguró: «Yo sé que le debían mucha guita, un montón de plata«. En ese sentido, el joven apuntó: «Él se cansó e hizo lo que tuvo que hacer, tampoco lo iban a pisotear, no lo iban a pasar por arriba«. «Se cansó y dijo basta: ‘no me pagan estos hijos de puta’… e hizo lo que tuvo que hacer», reafirmó.
En cuanto a la relación que mantenía con su padre, el muchacho comentó que era distante: «No tenía contacto con él, hace dos años y pico que no lo veía».
Sin embargo, no dudó cuando fue consultado sobre la personalidad de Landívar: «Si lo jodían era agresivo, no le gustaba que lo carguen. Él era así cuando estaba medio tomado, nomás, cuando bebía dos o tres copas, era rayado«.
Una tragedia anunciada
La trágica historia sumó condimentos con el testimonio de Soledad, una vecina de la compañía, que –aseguró– estuvo con Landívar minutos antes de que esta persona decidiera matar a los hermanos Marcelo y Javier Bascoy y a un empleado.
«A las 13:30 lo vi, me saludó y me dijo: ‘te voy a regalar la cajita navideña, porque hoy hago un desastre acá«, reveló la mujer. «Estoy podrido, quiero retirar mi auto, mis cosas, y no puedo», apuntó.
El hombre comentó –según palabras de Soledad– que los dueños de la empresa «le debían unos $100.000«; por eso, harto de que no se lo cancelaran, y ante un aviso de que lo iban a despedir, le anticipó: «Hoy hago una masacre«.
«Le dije que pasara a la noche, así brindábamos todos; pero me contestó: ‘No creo, porque hoy hago un desastre‘», detalló la mujer que conocía a Carlos desde «hace un año».
La misma persona comentó que Landívar llevaba dos años como empleado de la empresa Bascoy S.A. Además aseguró que en las charlas que solían mantener no había visto rasgos de que fuera un hombre con problemas psicológicos. «No podemos creer lo que pasó«, concluyó la vecina.
Testimonio familiar
Juan era hermano de Carlos, y contó que el homicida que se quitó la vida «era una persona muy violenta, amenazaba con matarnos a todos».
En una entrevista con el canal América, el hombre aseguró que su hermano «tenía doble personalidad» y consideró que debía haber estado internado en un psiquiátrico: «Eso es lo que tenía que hacer la policía y los médicos que lo examinaron; por comodidad lo mandaban a la casa, que se encargue la familia. Acá vivíamos amenazados nosotros».
«Todo esto que pasó lo lamento muchísimo. Llegué de trabajar y mi hermana corrió a decirme lo que había pasado», detalló Juan, quien apuntó que en numerosas ocasiones llamó (junto a su madre y la hermana) al 911 para pedir asistencia, pero venía el patrullero y nos decían que como era familiar no podían hacer nada».
«No tengo un buen recuerdo de él (en referencia a Carlos). Era mi hermano, pero era una mala persona», concluyó.
Fuente: http://www.infobae.com/