Son muchas las creencias que tratan de explicar la predilección de los mosquitos: se dice que prefieren a los de «sangre dulce«, es decir, a quienes comen mucha azúcar; también se piensa que prefieren a las mujeres, a las personas obesas y a los niños. Por otra parte, existe la idea de que no se acercan a quienes comen mucho o ajo o a los que tienen «sangre tropical», porque «han creado anticuerpos». De acuerdo a la experiencia, estas creencias son tan ciertas como las supersticiones.
Hay que saber que tanto los mosquitos machos como las hembras se alimentan normalmente del néctar de las flores. Sin embargo, en época de reproducción las hembras cambian su dieta floral por la sangre de los animales, ya que necesitan proteínas para poner sus huevecillos. Para elegir a sus víctimas, las hembras no sólo usan el olfato sino que consideran una serie de factores:
La temperatura del cuerpo. El calor es para los mosquitos un indicativo de que se trata de un animal de sangre caliente. A más calor, más sangre disponible.
Las bacterias en la piel. Quienes prefieren no bañarse aumentan sus probabilidades de ser identificados por los mosquitos, ya que los olores producidos por las bacterias y los hongos sobre la piel funcionan como letreros luminosos para su olfato. En las prendas de ropa sucia, sobre todo los calcetines, se acumulan bacterias que producen ese olor característico a queso o a encierro, el favorito de los mosquitos.
El sudor. Quienes transpiran copiosamente atraen más a los pequeños vamprios porque el aroma del sudor también indica que se trata de un animal de sangre caliente. De ahí que el zumbido sea tan útil para estos insectos: al escucharlo nos ponemos nerviosos, comenzamos a sudar y los mosquitos nos identifican.
El movimiento. Los mosquitos localizan con la vista a sus víctimas bajo el siguiente criterio: se mueve, es grande, está vivo, tiene sangre. Por eso resulta peor tratar de asustar a un mosquito con la mano o moverse constantemente.
Patologías. Quienes padecen colesterol alto o problemas de ácido úrico suelen tener un humor más penetrante, lo que para los mosquitos sería el equivalente a un imán.
Cosméticos. El aroma del ácido láctico (combinado con los factores de temperatura y movimiento) es un mensaje para los mosquitos que podría traducirse así: tiene sangre, es comida. Este ácido también está presente en algunos cosméticos, shampoos y cremas, viene señalado en la etiqueta como alpha hidroxil.
Perfumes. Como mencioné al principio, los mosquitos que no están en época reproductiva se alimentan del néctar de las flores. Por eso quienes usan perfumes, cremas y desodorantes demasiado florales, dulces o melosos, son víctimas predilectas.
Es difícil controlar todos estos factores, pero al menos ya tenemos algunas pistas para disminuir la probabilidad de ser devorados por los mosquitos en la próxima salida al campo.
Fuente: http://mx.mujer.yahoo.com