La muerte hasta ahora no explicada del empresario ruso Boris Berezovsky, cuyo cadáver fue encontrado el sábado en su lujosa mansión en Inglaterra, ha vuelto a centrar la atención en la enorme riqueza amasada por los despiadados oligarcas rusos y su propensión a gastarla.
Berezovsky, de 67 años, en un momento fue considerado el hombre más rico deRusia, pero en enero de este año un juez británico se preguntaba si el magnate podría pagar sus deudas.
La Policía dijo que de los exámenes post mortem de Berezovsky se deduce que murió colgado. No había señales de violencia, ni de que alguien más estuviese involucrado, agregaron las autoridades. Su abogado dijo que su cliente pasaba por una situación emocional «horrible, terrible».
El magnate sobrevivió a varios intentos de asesinato, entre ellos uno con un coche bomba en 1994 en Moscú, y se conjetura si su fallecimiento fue por causas naturales, parte de una confabulación o un suicidio.
Para comprender cómo una persona puede perder tanto dinero, ayuda entender cómo lo ganó.
Los cimientos de su fortuna
Berezovsky, que era matemático, hizo su fortuna en la década de 1990, durante la caótica privatización de las entidades económicas de la era soviética, operadas por el gobierno. Esa época estuvo marcada por la hiperinflación, los asesinatos por contrato y la corrupción rampante. A medida que el Producto Interno Bruto en Rusia se desplomaba, los oligarcas aprovecharon sus relaciones con criminales sin miramientos y funcionarios corruptos para tomar el control de una buena parte de los activos del país, acumulando recursos y desmantelando fábricas para crear fortunas fabulosas.
Berezovsky, cuyos intereses abarcaban automóviles, aviones y aluminio, fue uno de los principales beneficiarios de esa era. Se convirtió en la principal figura del círculo íntimo del presidente ruso Boris Yeltsin, y usó esas relaciones para acumular activos que según la revista Forbes ascendían a unos 3.000 millones de dólares en 1997.
«Nadie sacó más provecho de la caída de Rusia en el abismo», escribió el autor Paul Klebnikov en un perfil crítico de Berezovsky titulado «Godfather of the Kremlin» (El Padrino del Kremlin). Sin embargo, a final de cuentas el abismo también comenzó a amenazar con tragarse a Berezovsky.
El magnate fue una pieza clave en la llegada al poder de Vladimir Putin, sucesor de Yeltsin, pero cuando el nuevo líder y Berezovsky comenzaron a chocar, perdió la protección política. Berezovsky huyó de Rusia en 2000 y solicitó asilo político en Gran Bretaña.
La buena vida en Londres
Cuánto dinero tenía realmente Berezovsky, y qué cantidad se pudo llevar de Moscú, es algo que todavía no se sabe a ciencia cierta. Los rusos acaudalados del gobierno ocultaban su dinero en un laberinto de fideicomisos en paraísos fiscales o tenían sus activos a nombre de asociados o familiares. Muchas transacciones ni siquiera se plasmaron por escrito.
Lo que sí está claro es que la crisis financiera rusa de 1998, unida a la espectacular pérdida de preferencia política de Berezovsky, afectaron significativamente su cuenta de resultados. La revista Forbes calculó su fortuna, después de abandonar Moscú, en cientos de millones de dólares. Un oligarca rival, Roman Abramovich, declaró en tribunal que a Berezovsky sólo le quedaba un millón de dólares cuando huyó de Rusia.
Sin embargo, si Berezovsky andaba corto de dinero, no lo mostraba. En Londres se desplazaba por la ciudad en una limosina Maybach reforzada y con frecuencia se le veía con contactos de negocios en los hoteles exclusivos de Hyde Park, Londres. Sus numerosas mansiones en Inglaterra, Francia y el Caribe sugerían que su estado financiera era superior al del millonario promedio.
Y las autoridades rusas parecían creer que Berezovsky tenía suficiente efectivo a la mano, y lograron recuperar parte de los activos del exiliado. Todavía pesan en su contra cargos relacionados con la supuesta malversación de unos 13 millones de dólaresdel ahora desaparecido banco SBS-Agro. Berezovsky también fue declarado culpable en ausencia de estafar cientos de millones de rublos a la aerolínea Aeroflot y al fabricante de vehículos AvtoVaz.
Las facturas se acumulan
Berezovsky expresaba con frecuencia su admiración el sistema jurídico británico, a pesar de sus frecuentes y costosos encontronazos en este. Una búsqueda en los archivos judiciales británicos muestra unas tres decenas de fallos judiciales por libelo, fraude, e incumplimiento de contrato vinculados de alguna forma con el magnate
Él demandó a un socio de negocios sobre un préstamo fraudulento. Otros lo demandaron a él por una transacción petrolera que no prosperó. Berezovsky también demandó a la revista Forbes por un perfil poco halagador. Y demandó a latelevisión rusa por sugerir que había participado en la muerte por envenenamiento de Alexander Litvinenko, ex oficial de la KGB. Su segunda esposa lo demandó para poderse divorciarse de él. Su novia lo demandó por una casa que le había prometido. Berezovsky demandó a la esposa de su antiguo aliado, Badri Patarkatsishvili, en una complicada disputa sobre cómo dividir los activos del hombre después de su muerte.
Las sumas eran asombrosas. El préstamo era por valor de 5 millones de dólares. Se informa que la compensación que tuvo que pagar por su segundo divorcio en 2011 fue de100 millones de libras esterlinas (unos 154 millones de dólares en ese momento). Y los activos de Patarkatsishvili pudieran valor cientos de millones de dólares más. La mayor demanda, contra Abramovich por incumplimiento de contrato y chantaje, era de5.600 millones de dólares.
Berezovsky perdió el año pasado la demanda contra Abramovich y al juez del caso sólo le faltó decirle mentiroso. Tuvo que hacer frente a honorarios jurídicos por valor de millones de libras.
La fortuna se escapa
Cualquiera que haya sido la envergadura de la fortuna de Berezovsky, el costoso divorcio, la muerte de Patarkatsishvili y la montaña de litigios le hizo una gran mella.
En 2008 Berezovsky se vio obligado a vender el Darius, un yate de 110 metros (360 pies) de eslora hecho por encargo que muchos creían era un intento de competir con otra embarcación aún mayor, el Eclipse, que se construía para Abramovich.
Y a principios de este mes, el diario Times of London reportó que Berezovsky se estaba deshaciendo de parte de su colección de arte, mansiones, despedía personal y cerraba sus oficinas en el lujoso distrito londinense de Mayfair.
En un fallo en enero en una disputa entre Berezovsky y su antigua novia, Helena Gorbunova, el magistrado George Mann escribió que la fortuna del oligarca parecía haber adelgazado.
«Según las pruebas, el Sr. Berezovsky es un hombre bajo presión financiera«, concluyó.