El peso es el resultado de múltiples factores, muchos de los cuales no podemos cambiar. De hecho, cuestiones como la distribución corporal de la grasa en el cuerpo y en parte el metabolismo están escritas en nuestros genes. Sin embargo, aunque algunas personas tienen una tendencia a acumular más grasa que otras y les cuesta más trabajo adelgazar, nadie engorda sólo por la genética. Es el ambiente en el que nos movemos, lo que hacemos y dejamos de hacer lo que determinará si engordamos o no.
Así como con los pequeños aumentos de calorías y la falta de movimientos engordamos sin darnos cuenta, también podemos revertir esta tendencia y conseguir un peso saludable de la misma manera silenciosa y efectiva.
Un veloz comienzo
Caminar 30 minutos a paso rápido nos permite quemar unas 150 calorías por día. Si repitiéramos esta conducta 5 días a la semana durante 5 semanas gastaríamos unas 3750 calorías y gastaríamos nuestro medio kilo de grasa (siempre que no hayamos incorporado otras calorías extra).
La decisión es nuestra. Controlar el peso no es sencillo, pero si queremos lograrlo tenemos que empezar a apagar el piloto automático y volver a tomar el control de la cabina.
Tips para apagar el piloto automático
* Mientras antes tomemos la decisión de prevenir y cambiar, mejor. El cuerpo está preparado para subir de peso; por lo tanto, cuanto más sobrepeso tengamos y cuanto más tardemos en tomar medidas más difícil será bajar de peso.
* El cuerpo tiene tres formas de gastar calorías: mediante el movimiento, mediante el acto de comer (digestión, absorción y distribución de la energía) y mediante el metabolismo, que es la energía que el cuerpo utiliza para cumplir sus funciones vitales.
* Una persona con un metabolismo basal lento (es decir, que quema pocas calorías cuando el cuerpo no se mueve) tenderá a ganar más peso que una personas con metabolismo más efectivo, aún cuando los dos consuman la misma alimentación y hagan la misma cantidad de actividad física.
* El metabolismo depende de varios factores como el peso, la altura, el sexo y la edad de las personas, pero la clave es la cantidad de músculo que tenga nuestro cuerpo.
* Con la edad el cuerpo pierde masa muscular y se hace más difícil quemar calorías. Pero esto no es inevitable. El movimiento y, en particular, los ejercicios con carga de peso pueden protegernos contra este deterioro. Un ejercicio simple consiste en cargar muñequeras con peso durante las caminatas.
* Si tus hijos son grandes y el día se hace largo, buscá otras actividades que disfrutes y alienten el movimiento. Quedarse en casa todo el día sentada es una receta para el sobrepeso.
* No hay nada de malo con incorporar “gustitos”, pero si no se los compensa con otras costumbres saludables conducirá a un aumento de peso. Recordá que 1 alfajor por día puede significar medio kilo de peso por semana (en el peor de los casos más de 15 kilos por año).
* La actividad física comienza a disminuir ya en la infancia. Si tenés hijos, ayudalos a ser más activos, especialmente en el período crítico de la adolescencia.
* El movimiento no es sólo para los más jóvenes. Hay actividades para todos los gustos, edades y niveles de “fiaca”. Caminar un poco cada día puede ayudarte a bajar medio kilo en poco más de un mes. Si a esto le sumamos una reducción de la ingesta de tan sólo 200 calorías por día podemos llegar abajar hasta 10 kilos en un año, o prevenir un aumento sin tener que preocuparnos por el asado del fin de semana.
Extractos del libro “La comida no engorda. ¿Por qué engordamos nosotros?”, de editorial Planeta. El autor es Adrián Cormillot, médico clínico con orientación en enfermedades crónicas y director del Centro de Educación e Investigación en Diabetes, Obesidad y Nutrición (CEIDON).
Fuente: http://www.entremujeres.com/