La Presidenta ya envió el Proyecto de Ley al Congreso. A tono con la concepción del Estado del kirchnerismo, el nuevo Código aumenta los derechos hacia las minorías. Matrimonio, adopción, y derechos del consumidor, con modificaciones sustanciales. Todo esto en el semanario Democracia del Diario Crónica.
Los juristas coinciden en que el Código Civil y Comercial es el que más afecta a la vida cotidiana de los habitantes del país. Su importancia es cabal para el sistema legislativo nacional, y el kirchnerismo busca dejar plasmado en el nuevo proyecto sus valores fundamentales: un Estado que respeta “el estilo de vida que cada uno elija”, como dijo la presidenta Cristna Kirchner durante la presentación de los tomos. La nueva iniciativa tiene un claro sentido “paternalista”, como lo define el abogado Leandro Vergara, de la UBA.
Hay un apoyo explícito al matrimonio igualitario y se reconoce la posibilidad de tener hijos propios a las parejas del mismo sexo. Además, se permite a los pueblos originarios tener una propiedad comunitaria, que no podrá ser arrendada ni vendida. Los cambios amplían el horizonte de derechos de minorías y fortalecen al consumidor ante las grandes corporaciones. Además, se simplifican los trámites de divorcio y adopción, y algunas cuestiones comerciales para que se adecuen a la realidad. Mientras la comisión bicameral destinada al tema debate en profundidad el proyecto, “Democracia” dialogó con uno de los colaboradores del nuevo Código, el profesor de Derecho Civil de la Universidad de Buenos Aires Leandro Vergara.
El abogado, que explicó punto por punto los cambios más destacados, consideró que la reforma “es muy importante. Actualiza las relaciones civiles y comerciales, teniendo en cuenta la nueva legislación. Recordemos que la última fue en 1968. Lo destacable de este proyecto es que ha ido muy a fondo en temas de alto impacto. Es para remarcar también el enorme consenso que tiene, y eso se debe a que recoge lo mejor de proyectos anteriores”.
A pesar de su entusiasmo por la iniciativa, aclara que “los cambios no van a ser inmediatos, las leyes no se consideran terminadas con su aprobación. Hay que ver cómo se interpretan, cómo se aplican y esperar que el tiempo termine de definir su verdadera relevancia”.
Además, pidió respetar los tiempos del debate legislativo, que consideró se verán afectados por las presiones de sectores corporativos y religiosos: “Hay que tener en cuenta que a esto le falta todavía su paso por el Congreso, que tiene sus tiempos. Si bien este es un proyecto que varios partidos, como la UCR, querían, hay que ver cómo se dan los debates y si se incluye alguna reforma. Seguramente la iglesia y algunos sectores corporativos alzarán la voz. Es un gran avance en muchos sentidos, y no hay que preocuparse por las nuevas situaciones. El matrimonio entre personas del mismo sexo se aprobó, se implementó y no desapareció la familia como aseguraban algunos. Los debates previos suelen evaporarse en la realidad. El nuevo Código protege mucho el individualismo propio del sistema capitalista, pero también marca un Estado y leyes muy paternalistas. Su sentido, como dije antes, se definirá con el paso de los años y su implementación”.
En el proyecto de ley enviado al Congreso, en su artículo 8 dispone una norma complementaria: “en los supuestos en los que al momento de entrada en vigencia de esta ley se hubiese decretado la separación personal, cualquiera de los que fueron conyugues puede solicitar la conversión de la sentencia de separación personal en divorcio vincular. Si la conversión se solicita de común acuerdo, es competente el juez que intervino en la separación o el del domicilio de cualquiera de los que peticionan, a su opción; se resuelve, sin trámite alguno, con la homologación de la petición. Si se solicita unilateralmente, es competente el juez que intervino en la separación o el del domicilio del ex cónyuge que no peticiona la conversión; el juez decide previa vista por tres días. La resolución de conversión debe anotarse en el registro que tomó nota de la separación.»
En la presentación del proyecto se estipuló que la actividad legislativa al respecto comenzaría dentro de uno o dos meses. La misma Presidenta pidió que el tratamiento no sea a “libro cerrado”, para que cada uno de los partidos políticos pueda presentar sus ideas y contribuir entre todos a un debate enriquecedor.
El Congreso, una vez más, tendrá la oportunidad de dejar de lado sus diferencias políticas para avanzar en algo que tiene consenso y es reconocido como un trabajo excepcional.
Con el nuevo Código se plasmaría un cambio de paradigma que responde a la nueva concepción legal que presentó el kirchnerismo, de derechos ampliados, de minorías libres y de consumidores con más herramientas para defenderse. Seguramente habrá mejoras que se puedan agregar, pero sin lugar a dudas es un alentador inicio del camino.
Fuente: http://www.cronica.com.ar