La timidez o el miedo al ridículo o al rechazo, el escaso interés por conocer nuevas a personas o la falta de habilidades para comunicarnos con los demás, dificultan el inicio de una conversación con personas a quienes no conocemos. Sea como sea, ello conduce a desperdiciar muchas oportunidades de relacionarse con gente maravillosa. ¿No es mejor aprovecharlas?.
«En la mayoría de los casos, el saludo y la presentación pueden ser suficientes si la otra personas está en buena predisposición para intercambiar unas palabras y comenzar así una conversación», señala el psicólogo Carlos J. Van-der Hofstadt Roman, en «El libro de las habilidades de comunicación: cómo mejorar la comunicación personal».
Según Van-der Hofstadt, «las habilidades sociales de la comunicación se aplican en situaciones como hablar ante los demás, la atención al público o telefónica, la entrevista o el trabajo en equipo, e incluyen técnicas para controlar la ansiedad, desarrollar la escucha activa y superar las barreras de la comunicación».
Uno de los problemas fundamentales de las habilidades en el trato con las personas radica -según este psicólogo clínico del Hospital General Universitario de Alicante, España-en cómo «empezar, mantener y terminar conversaciones».
En su libro, Van-der Hofstadt aporta algunas ideas para romper el hielo en cualquier situación, por ejemplo sonreír cuando nos aproximemos a otra persona con la que vamos a hablar, ya que «la mejor carta de presentación es una sonrisa sincera, acompañada de unas palabras amables y educadas», lo cual nos proporcionará un aspecto más positivo y amigable y evitará que seamos rechazados.
Del libro del este experto se desprende que es conveniente empezar una charla con frases o comentarios sencillos, breves y siempre muy positivos.
Algunas estrategias para abrir el diálogo, sugeridas por Van-der Hofstadt, son solicitar a nuestro interlocutor algún tipo de información con preguntas que le animen a pensar las respuestas como «¿Qué tal te encuentras en este lugar?», o sobre alguna actividad que esté realizando esa persona, como «¿cuánto tardan en crecer las plantas que estás sembrando?».
Buscar el tema adecuado y el mejor momento para acercarse al otro, son dos piezas clave para comunicarse con éxito, según el autor de «El libro de las habilidades de comunicación», que recomienda observar a la persona a la que nos vamos a dirigir y deducir algún dato de interés sobre ella, por ejemplo sus gustos, en base a los objetos que lleva en la mano, como un libro.
El arte de presentarse
Según Van-der Hofstadt, también hay que intentar averiguar si la persona está en buena disposición para entablar una conversación y nunca intentarlo si está muy ocupada o concentrada en algo.
«Presentarse a uno mismo y aproximarse a alguien del sexo opuesto son algunos de los mayores desafíos de la vida social», de acuerdo al doctor Michel Girodo, creador de un método para superar la timidez y ex profesor de Psicología en la Universidad de Ottawa (Ontario, Canadá).
Para dar el primer paso y afrontar los encuentros breves, con personas con las que no se tiene una relación profunda, el autor del libro «Como Vencer la Timidez», recomienda elaborar nuestra propia lista personal de expresiones o estereotipos verbales, amables y positivos, para incorporarlos a nuestra la comunicación con los demás, hasta que se vuelvan espontáneos.
Después, el doctor Girodo aconseja pensar en cinco personas conocidas (dos de nuestro propio sexo, y tres del sexo opuesto), visualizar los lugares dónde solemos encontrarlas, imaginarnos intercambiando una frase de saludo y otra de despedida con cada una de ellas, tratándolas con amabilidad y exhibiendo un excelente animo ante ellas.
Además, el psicólogo sugiere escribir dos frases de saludo y despedida para cada persona, lo más cordiales y agradables que sean posible, y después revivir mentalmente uno a uno los diálogos imaginarios, con una actitud física y una entonación vocal amables, hasta que lleguemos a imaginar las escenas sin que nos causen una gran preocupación e inquietud.
«Los ensayos mentales harán que las expresiones sean más naturales y espontáneas, cuando las usemos en la vida real», explica el doctor Girodo.
Para la psicóloga clínica Irene Alonso Vaquerizo, entrenadora en habilidades sociales, «las personas simpáticas y sociables no encierran ningún misterio: sencillamente nos miran, nos prestan atención cuando hablamos o hablan y nos saludan efusivamente o con un ‘hola’ que significa estoy ‘encantado de verte».
La importancia de las miradas y sonrisas
Según la experta «no basta con desear hacer amigos: hemos de manifestárselo, nuestras miradas y sonrisas deben expresar a los otros que estamos receptivos».
Para iniciar una conversación, Alonso recomienda cambiar «el gesto de preocupación que surge de pensar que ‘no valgo para esto o no caigo bien´, así como mirar a quien hablamos y que perciba que le escuchamos, asintiendo o pidiendo aclaraciones».
Otra puerta para la charla, según está psicóloga, consiste en retener y utilizar el nombre de nuestro interlocutor, ya que «cuando nos dirigimos a alguien es muy importante atender cómo se llama, ya que así el otro individuo procurará recordar nuestro nombre y además se sentirá un poco más cerca de nosotros».
Según Alonso, «parte de las dificultades para iniciar interacciones satisfactorias con otras personas, se deben a las falsas creencias que albergamos y que nos conviene descartar como ‘si no caigo bien a la primera, la relación está perdida´. En realidad a veces congeniamos enseguida y en otras ocasiones es preciso aguardar un tiempo hasta que la relación madure».
Para la experta, «otra idea errada es que si rechazan nuestra invitación a hablar somos insignificantes, cuando en realidad un ‘no’ sólo significa que al otro por alguna razón no le apetece hablar, no puede quedar con nosotros o prefiere no dialogar por cualquier otra causa ajena a nosotros».
«Algunas personas piensan ‘si me acerco a alguien, le molestaré’, dando por hecho que son en alguna medida inferiores a la otra persona, o creen que ‘nunca se me ocurre que decir», cuando lo relevante en un primer encuentro no es ser ingenioso, sino mostrar una actitud confiada y amigable», señala Irene Alonso.
Fuente: EFE